Guillermo Hurtado

Una educación sin ética

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En mi artículo “Una educación sin lógica”, de la semana anterior, denuncié la eliminación de la asignatura de lógica del nuevo plan de estudios de la educación media superior impartida por la Secretaría de Educación Pública. Afirmé que me parecía muy difícil de entender qué motivaciones pudieron haber estado detrás de este abandono de la lógica — es decir, del estudio del razonamiento correcto— de dicho plan. Por desgracia, también la asignatura de ética ha sido cancelada abruptamente. Si la desaparición de la lógica ya era un motivo de preocupación, la eliminación de la ética en el nuevo plan de estudios es algo que nos debe alarmar a todos los mexicanos.

Como señalé la semana anterior, en el currículum de la educación media superior desaparecen todas las asignaturas de filosofía y se reemplazan por una confusa asignatura llamada “Humanidades”, que se impartirá durante los primeros tres semestres del bachillerato. En esa asignatura no hay nada parecido a la enseñanza rigurosa de los temas centrales de la ética, como: qué es el bien, qué significa ser libre, en qué consiste ser responsable, cuáles son los derechos que tenemos los seres humanos, cuál es la obligatoriedad de la moral, cómo entender la existencia de diversos sistemas de moralidad, etc. Aunque en la asignatura de “Humanidades” se toquen, muy de refilón, algunos de esos temas, no están planteados de una manera ordenada, sistemática y pedagógica.  

No hace falta subrayar la importancia de la enseñanza de la ética en la escuela pública, sobre todo, en un país como México, en el que vivimos una profunda crisis de valores. Me sorprende que la Subsecretaría de Educación Media Superior haya sido incapaz de asumir ese reto, porque el presidente ha enfatizado una y otra vez que la transformación de México requiere una regeneración moral de los mexicanos

No hace falta subrayar la importancia de la enseñanza de la ética en la escuela pública, sobre todo, en un país como México, en el que vivimos una profunda crisis de valores. Me sorprende que la Subsecretaría de Educación Media Superior haya sido incapaz de asumir ese reto, sobre todo, porque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha enfatizado una y otra vez que la transformación de México requiere una regeneración moral de los mexicanos y de las estructuras sociales en las que vivimos. Esa convicción fue lo que lo llevó a proponer la impresión masiva de la “Cartilla moral” de Alfonso Reyes y la posterior elaboración de una  “Guía ética para la transformación de México”. No se entiende, entonces, el desdén que mostraron las autoridades de la Subsecretaría de Educación Media Superior —que hasta hace unos meses fue encabezada por el Mtro. Juan Pablo Arroyo— al estudio formal de la ética en el bachillerato nacional. Lo que resulta más increíble es que la Subsecretaría de Educación Media Superior de este régimen —que se dice contrario al neoliberalismo— haya cumplido con la amenaza de los gobiernos anteriores: eliminar la enseñanza de la filosofía del bachillerato por considerarla una materia inútil.  

Estudiantes de preparatoria de Guerrero toman clases, en una foto de archivo.
Estudiantes de preparatoria de Guerrero toman clases, en una foto de archivo.Foto: Cuartoscuro

En contraste con el abandono de todas las asignaturas de filosofía en la educación media superior, la asignatura de historia, que antes era una materia más dentro del área de humanidades y ciencias sociales, ha sido elevada a un área entera del plan de estudios con el nombre de “Conciencia histórica”. Lo que se pretende en esta nueva área no es enseñar nombres, fechas y datos de la historia patria, sino que el alumno adquiera una conciencia histórica que le permita entender que México ha pasado por tres transformaciones y que ahora vivimos en una cuarta. Mi sospecha es que la formación personal y ciudadana del alumno de bachillerato pasará por esta área de conciencia histórica en vez de por las asignaturas filosóficas que antes tenían esa función, aunque de una manera más autónoma y crítica. La historia —o mejor dicho, una manera ideológica de entender a la historia— sustituye a la filosofía en su función integradora, lo que no debe extrañarnos si escuchamos con atención lo que el presidente pregona a diario en sus discursos. Por cierto, no he leído ningún comentario de la Academia Mexicana de Historia o de alguna otra asociación semejante sobre el giro que se le ha dado a la enseñanza de la historia en el bachillerato y sobre el papel que se supone jugará en la formación de los alumnos.  

La historia sustituye a la filosofía en su función integradora, lo que no debe extrañarnos si escuchamos con atención lo que el presidente pregona a diario en sus discursos. Por cierto, no he leído ningún comentario de la Academia Mexicana de Historia o de alguna otra asociación sobre el giro que se le ha dado a la enseñanza de la historia en el bachillerato y sobre el papel que se supone jugará en la formación de los alumnos

Eliminar las asignaturas filosóficas de la educación media superior, reemplazarlas por una confusa materia llamada “Humanidades” y convertir a la enseñanza de la historia en una toma de conciencia, son acciones que nos hacen sospechar que el régimen pretende que la educación pública sirva a sus intereses políticos de largo plazo.