Mauricio Flores

CFE, la carreta delante de los bueyes

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
Mauricio Flores
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Sin perder la cordura, no hay manera de explicar la iniciativa preferente de Andrés Manuel López Obrador para modificar la Ley de la Industria Eléctrica: resulta nociva para la salud pública, pues al encender el horno de microondas usaremos energía proveniente de combustóleo antes que del sol o viento; pagaremos más por recargar celulares y tabletas, las fábricas por encender motores; mala para el Estado al encarecer alumbrado público y ventiladores en Hospitales Covid; mala para el medio ambiente y camino seguro para poner en riesgo 50 mil millones de dólares.

La ya conocida “Ley Bartlett” rompe con el principio de eficiencia de cualquier economía mercantil en la historia donde los incentivos hacia mayor eficiencia son el motor de la innovación, crecimiento y desarrollo. La mencionada iniciativa altera el principio de despacho de energía —valido en todo el mundo— que prima las energías más baratas y eficientes sobre las más caras. Bajo el argumento de un ficticio rescate (la CFE ganó dinero de 2016 a 2020 como resultado de la malquerida Reforma Energética), la compañía a cargo de Manuel Bartlett busca comercializar primero el 18% de energía que fabrican sus plantas viejas que queman combustóleo (que produce a raudales Pemex TRI, a cargo de José Luis Basaldúa, incluso más que gasolina y diésel) que las generadas mediante procesos más eficientes y limpios por el sólo hecho de provenir de empresas privadas.

Por tanto, de aprobarse esa reforma —como parece ineludible con la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados— México incumplirá con el Acuerdo de París, el mismo al que reingresó Joe Biden, el presidente de nuestro principal socio comercial, incumpliremos la meta de generar 35% de electricidad con fuentes renovables en 2024. Seremos una suerte de territorio bajo reglas del Trumpismo Tardío.

Dice Enrique Ochoa, diputado del PRI (del odiado partido) y exdirector de la CFE, “el nuevo gobierno de EU impulsa un multimillonario programa de transición a energías limpias, autos eléctricos y pilas de almacenamiento. Lamentablemente México va en sentido inverso”.

Si consideramos que las inversiones privadas nacionales y extranjeras en energías renovables, en operación y construcción suman 50 mil millones de dólares, tal es el costo a resarcir a inversionistas que expulsaremos a la de mexicanos al grito de guerra. Una millonada en dinero y empleos que se irá a otros países en medio de la crisis más grave en un siglo.

Hoy los bueyes no tiran, empujan.

Prosa, futurama. Para Prosa la pandemia provocó que conociéramos el día a día de la banca del futuro, ya que el ecosistema financiero aceleró a 5 años su transformación digital en 2020. Resultado de esto, Jeok Cruz, director comercial de Prosa, compartió que en el 2020 procesaron más de 4,500 millones de transacciones, 7.39% anual, y que marca una tendencia con propuestas sustentadas en la nube y manejo de datos que dará paso a la experiencia del “usuario virtual” o “concept phygital” Así pues, la banca, de la nube a la inteligencia artificial inicia en Prosa.

Yucatán, para invertir. El más reciente análisis de Deloitte muestra que Yucatán es el estado con mejor ambiente de negocios del país, un 85% para la entidad a cargo de Mauricio Vila y un 82% para Tamaulipas, de Francisco Cabeza de Vaca. Conforme a la consultora, que dirige aquí Francisco Pérez, el último sitio para negocios es Colima, de Ignacio Peralta, y la CDMX, encargada a Claudia Sheinbaum, tras ponderar el gobierno electrónico, resolución de conflictos, mejora regulatoria y percepción de corrupción y seguridad. El éxito económico es también político: Vila ocupa el primer lugar de aprobación en desempeño conforme a C&E Research.