Montserrat Salomón

Biden lucha contra el tiempo

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El Partido Demócrata ha permanecido callado en cuanto a los posibles candidatos a buscar la presidencia de Estados Unidos en el 2024. Esta señal parece indicar que están alineados esperando a que Joe Biden, el actual presidente, anuncie su candidatura a la reelección.

Mientras tanto, del lado Republicano crece la expectativa de que sea nuevamente Trump el contendiente, al tiempo que Ron DeSantis se desdibuja del tablero electoral. Así, parece que tendremos una nueva edición de la batalla del 2020 entre Biden y Trump.

Biden y Trump son hombres entrados en años. Se ha cuestionado ampliamente su estado físico y mental en el pasado, por lo que el tema resurge aún más urgente ahora que pretenden volver a la campaña para conseguir encabezar la oficina más compleja de la política estadounidense. Trump, envuelto en numerosos escándalos y problemas legales, no deja de mentir abiertamente sobre su estado de salud. Sin embargo, Biden ha sido más cauto y ha publicado informes médicos que lo avalan físicamente. Pero, es notorio su cansancio y la dificultad para articular palabras en las pocas ocasiones en las que se presenta ante la prensa.

En un país en el que la media de edad no llega a los cuarenta años, podríamos pensar que estas preocupaciones se tratan de un prejuicio de las nuevas generaciones hacia los adultos mayores. No obstante, estamos hablando de hombres que estarían sobre los ochenta años durante su potencial mandato, por lo que la preocupación está más que fundada.

Resulta alarmante la falta de nuevos liderazgos en ambos partidos; sin embargo, el Partido Demócrata lleva ya años envuelto en esta problemática. Desde la primera candidatura de Trump, no se veía con claridad ningún nuevo talento que pudiera competirle al republicano. Biden mismo fue un recurso de último minuto que se presentó, amparado en la ola de buena prensa que le causó ser la mano derecha de Obama, para detener a Trump. Hoy, apenas el 47% de sus votantes apoyaría verlo en la papeleta. Para ser el partido que enarbola el voto joven, deja mucho que desear en su oferta política.

Biden ha hecho un buen trabajo, aunque parece que lucha contra el reloj. Su manejo de la economía ha sido bueno, creando empleos y controlando la inflación. También ha recuperado el liderazgo internacional y la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, se enfrenta a la propaganda sin escrúpulos de Trump y no parece tener la chispa y la energía para contrarrestarla.

De cumplirse los pronósticos, tendremos una reedición de la batalla entre Trump y Biden, más cerrada y con mayor potencial desestabilizador. Es urgente la renovación de los liderazgos en ambos partidos. Se necesita un cambio en el rumbo del bipartidismo estadounidense.