Valeria López Vela

Israel bajo ataque

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Valeria López Vela
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Los ideales pueden decirnos algo importante sobre lo que nos gustaría ser. Pero los compromisos nos dicen quiénes somos.

Avishai Margalit

El fin de semana fuimos testigos de uno de los actos de barbarie más brutales de este siglo. Israel sufrió una invasión terrorista realizada desde la Franja de Gaza, en el estado palestino, por el grupo Hamas. En las primeras horas, los terroristas asesinaron a 1,200 personas y secuestraron alrededor de 150 más.

El ataque inhumano de Hamas fue la materialización de la pesadilla que han padecido los judíos desde hace varios siglos.

Por primera vez, en el Estado de Israel, el pueblo israelí vivió un pogromo: un linchamiento imprevisible y multitudinario, en el que no sólo se tortura o asesina a los perseguidos, sino que se humilla a sus cuerpos y se roban sus bienes, con el fin de expulsarlos de la zona que habitan. La esperanza de la creación del Estado de Israel anidaba la idea de que el pueblo judío “nunca más” tendría que pasar por estas circunstancias.

Las cifras no mienten: en un solo día, Israel perdió a 4% de su población civil. Vivimos, hay que decirlo cuantas veces sea necesario, el ataque más brutal desde el Holocausto, con dos diferencias fundamentales y dolorosas: ocurrió dentro de su propio Estado y ahora están preparados para defenderse.

Las historias que hemos conocido en las últimas horas son un recuento de la crueldad extrema: alejada de cualquier imaginario moral, lejos de legislación alguna.

Hoy, Israel se encuentra bajo asedio en tres frentes: al suroeste, ataca Hamas desde Gaza; al norte, agrede Hezbolá, en Líbano; y milicias proiraníes embisten desde Siria. Los ataques se realizan por vía aérea, por vía marítima y por vía terrestre.

El ejército israelí lanzó la operación “Espada de Hierro”, dirigida por el ministro de Defensa, Yoav Galant, quien aseguró que: “El precio que pagará la Franja de Gaza será muy alto y cambiará la realidad durante generaciones”; además, ordenó bombardeos ininterrumpidos. Por su parte, el Gobierno de Netanyahu autorizó el bloqueo de la franja, imponiendo un asedio total a Gaza, que busca privarlos de electricidad, comida, agua y gas.

El objetivo de esto es presionar a Hamas para que entregue a los rehenes porque, como es sabido, el Estado de Israel no negocia con terroristas.

Los defensores de la barbarie justifican el terrorismo en la creación del Estado de Israel. Difiero absolutamente de estas opiniones. En vez, me ciño a la explicación que ha dado el filósofo Pascal Bruckner: “Lo que motiva al terrorismo no es tal o cual error de Europa o de América —y Dios sabe que hemos cometido muchos—, es el odio puro y simple. Este odio es anterior a toda excusa que se dé, comienza para odiar, y busca, a continuación, las razones. No se dirige a Occidente por lo que hace sino por lo que es”.