La incertidumbre que viene en el Brexit

La incertidumbre que viene en el Brexit
Por:
  • leonardo-nunez

Dentro de 130 días llega una fecha clave para la Unión Europea y, en particular, para el Reino Unido, ya que el 29 de marzo de 2019 es la fecha límite para la celebración de un acuerdo que defina los términos del Brexit.

Si para esa fecha no hay un arreglo específico, al día siguiente el Reino Unido quedaría simplemente expulsado de la Unión Europea, sin ningún trato especial y fuera de las cuatro libertades fundamentales del tratado de Maastricht: libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales.

Por el contrario, si antes de esta fecha las negociaciones permiten llegar a un acuerdo, la salida de la Unión Europea podría ser más tersa, ya que se podrá establecer un periodo de transición que puede llegar hasta el 31 de diciembre de 2020, momento en que entrarían en vigor las reglas que definan las negociaciones. El mensaje desde Bruselas ha sido claro, no hay manera alguna en que Reino Unido pueda disfrutar de los mismos beneficios que tiene actualmente sin pertenecer a la Unión, pero sí podrían definirse arreglos comunes para facilitar el intercambio entre las dos partes.

El problema es que incluso la definición de estos términos dentro del propio Reino Unido ha sido un dolor de cabeza en el que nada está definido aún. Theresa May, la primera ministra británica encargada de llevar a cabo las negociaciones, presentó el miércoles de la semana pasada su propuesta de “Ley sobre la Retirada de la Unión Europea”, que en 585 páginas señala los diferentes puntos para un acuerdo entre Londres y Bruselas. En teoría, este documento había sido respaldado por todo su gabinete, pero después de la presentación renunciaron dos de sus miembros: Dominic Raab, que era el Ministro para la Salida de la Unión Europea, y Esther McVey, ministra de Trabajo y Pensiones.

En la tormenta política que se desató los opositores de May han acusado al acuerdo de ser un salto al vacío, pero incluso entre sus partidarios hay acusaciones de que el acuerdo no cumple con el mandato del referéndum y no es más que un Brexit “suave”. En medio de la discusión también surgió una facción de legisladores que han impulsado una moción de censura, es decir, una votación para retirar del cargo a May.

El acuerdo presentado tiene que ser aprobado, en primer lugar, por los miembros de la Unión Europea en una cumbre que se celebrará extraordinariamente el próximo 25 de noviembre y, en segundo lugar, este documento tiene que regresar al Parlamento británico, que deberá decidir en diciembre si acepta o rechaza los términos del Brexit. Si Theresa May lográ superar la crisis política interna y no es destituida, aún se va a enfrentar a la dificultad de no tener mayoría en la Cámara de los Comunes y, además, que los propios miembros de su coalición, como los legisladores del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, ya han adelantado que no aprobarían el acuerdo actual, por lo que las siguientes semanas serán de máxima tensión para resolver la incertidumbre del Brexit.