La realidad vs el populismo en el Amazonas

La realidad vs el populismo en el Amazonas
Por:
  • leonardo-nunez

Una de las características de los populismos es su tendencia a construir narrativas y discursos políticos que se alejan de la realidad verificable y que, por el contrario, viven en un mundo imaginario en el que cualquier dato o evidencia empírica pueden ser sujetas a interpretación o descalificación. La crisis del Amazonas y la reacción de Jair Bolsonaro están mostrando un episodio más que vale la pena recuperar.

Durante su campaña electoral, Bolsonaro repitió en diversas ocasiones que la protección del Amazonas y sus vastos recursos naturales era una sinrazón que detenía la capacidad de crecimiento económico de Brasil. Contrario a las políticas que durante los últimos quince años habían logrado disminuir la tasa de deforestación del Amazonas, Bolsonaro proponía relajar la protección para relanzar la explotación forestal.

Antes de asumir el cargo, quien sería su ministro de relaciones exteriores, Ernesto Araújo, dijo que la preocupación global por el cambio climático era un “complot marxista para sofocar el crecimiento económico de las democracias capitalistas” y canceló la reunión anual de Naciones Unidas sobre el cambio climático que se celebraría en 2019.

Ya en el poder, Bolsonaro comenzó a avanzar en su política para permitir la destrucción del Amazonas. El Ministerio del Medio Ambiente de Brasil, por ejemplo, sufrió un recorte inmediato en su presupuesto de 24 por ciento bajo el dicho de una política de austeridad. Igualmente, las acciones judiciales y administrativas para identificar y sancionar a aquellos que realizaran talas ilegales quedaron prácticamente detenidas, en una clara señal de que la protección ambiental ya no era una prioridad del gobierno.

Con estas acciones, naturalmente la tala de árboles se descontroló. La evidencia incontrovertible fue presentada en julio, cuando Ricardo Galvão, uno de los físicos más reconocidos de Brasil y director de la oficina gubernamental encargada del monitoreo espacial, meteorológico y atmosférico, el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE, por sus siglas en portugués), presentó evidencia documental, a partir de datos e imágenes satelitales, en la que se mostraba que en la primera mitad de 2019 se habían perdido más de tres mil kilómetros cuadrados del Amazonas, lo que representaba un incremento de 39 por ciento en la deforestación con respecto al año anterior.

Bolsonaro reaccionó y en una rueda de prensa señaló que los datos eran falsos, que sólo habían sido presentados para atacarlo y que seguramente Galvão estaba al servicio de alguna organización no gubernamental. En los siguientes días hubo un amplio respaldo por parte de la comunidad científica a Galvão y a la solidez de su evidencia, pero eso no fue suficiente para evitar que el 7 de agosto Bolsonaro decidiera correrlo del INPE.

Negar la realidad no es suficiente para transformarla. Y la evidencia más clara vino unos cuantos días después, cuando se desataron múltiples incendios que no han podido ser controlados y que ya han llamado la atención de la comunidad internacional sobre las políticas ecocidas de Bolsonaro, que trató de salir del paso diciendo que los incendios habían sido provocados por las ONG´s que lo han criticado. Sin embargo, la realidad lo está poniendo contra las cuerdas. Las mentiras del populismo no pueden mantenerse por siempre.