El magnánimo

El magnánimo
Por:
  • Obdulio-Avila

El magnánimo Congreso de la Ciudad de México decidió —vía Morena y sus aliados— donar 400 millones de pesos para la Universidad de la Salud, la cual abrirá sus puertas en agosto de este año. Ese dinero provenía de una bolsa de mil 766 mdp tildada de ilegal.

La universidad citada ofrecerá las licenciaturas en Medicina Familiar y Comunitaria, y Enfermería Familiar y Comunitaria.

Conforme a información del Colegio Médico de México (Fenacome), sólo tres por ciento de los 26 mil egresados de medicina de las instituciones de educación superior públicas logra ingresar a un hospital público.

El problema para quien desea estudiar medicina no es dónde estudiar, la oferta en la ciudad y el país está cubierta con instituciones de educación superior públicas y privadas. El reto es colocar a los egresados en el mundo laboral, faltan plazas para quienes deseen ingresar al servicio público.

Sin embargo, la razón que esgrimió el Gobierno de la ciudad —y el federal al aplaudirle la creación de la universidad— fue abatir el número de rechazados que provoca el examen de admisión. Y se aventaron la temeraria, ignorante y peligrosa declaración que los exámenes de admisión son una apuesta por la privatización de la educación.

El 26 de abril de 2001, el entonces jefe de Gobierno creó por decreto a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Hace unos días Miguel Székely declaró: “la mitad de las carreras que ofrece la UACM no dan acceso a un empleo”, y dio a conocer un estudio en donde los egresados de esa institución son los peor evaluados.

Ahora toca a la Jefatura de Gobierno que con mayor tesón quiere emular las políticas y estilos del hoy Presidente; crear una universidad para atender la formación de futuros médicos y enfermeras. Sólo enfatizó la obviedad, profesionistas que tendrán en sus manos uno de los bienes más preciados del ser humano: la salud.

Se crea la universidad mencionada, en la entidad federativa en la que la demanda de estudios profesionales para medicina y enfermería no es el principal reclamo de los estudiantes egresados del bachillerato.

Se crea en la ciudad en la que las Facultades de Medicina de la UNAM, la Panamericana, La Salle, la UAM y el IPN ofrecen una formación de altísima calidad, con una excelente planta docente y de investigadores, óptima infraestructura y selección adecuada del perfil de los alumnos; lo que da certeza a cualquier paciente que su salud estará en las manos correctas.

¿Qué enfermo quiere tratar su salud con un profesionista pésimamente formado?

El Gobierno de la ciudad, ante el fracaso en la creación de empleos y fomento de la inversión, decide crear centros de adiestramiento ideológico en los que se fomenta la ilusión de un título universitario, que será poco apreciado en el mercado laboral.

Lo que mal inicia en la universidad, repercutirá en el futuro paciente; con la participación de un Congreso cómplice.