Sorprendió Roma

Nadie esperaba que Roma recibiera 10 nominaciones al Oscar, récord para una producción extranjera (es decir, no hablada en inglés), igualando al filme El tigre y el dragón, que las consiguió en 2001.

Yalitza Aparicio, en su primera aparición cinematográfica, hizo la chica con su nominación a Mejor Actriz Estelar, dejando fuera a pesos pesados como Emily Blunt, Toni Collette, Nicole Kidman y Viola Davis. Yalitza es apenas la segunda mexicana en ser nominada en esta categoría, tras Salma Hayek por interpretar a Frida hace ya 17 años. En total, seis actores mexicanos han sido nominados en la historia: Katy Jurado fue la pionera por Cuando la tierra hereda (Broken lance) en 1955 y Adriana Barraza lo logró en 2007 por Babel, ambas como Actriz de Reparto, como ahora lo ha conseguido, de manera sorpresiva, Marina de Tavira. En 2012, Demián Bichir fue nominado en la categoría estelar, por Una vida mejor.

Cuarón consiguió tres nominaciones por su labor artística: Dirección, Guion Original y Fotografía, además de la de Productor. Igualó con el fotógrafo El Chivo Lubezki como el mexicano con más nominaciones, con ocho (y dos más como productor). Vaticino: ganará como Mejor Fotografía y Director, su segundo Oscar tras Gravity. Será el primero en la historia en ganar por una producción extranjera.

Más aun: Veo a Roma ganar como Mejor Película, lo que ningún filme extranjero ha logrado. En los premios PGA de productores ganó Green book pero no está nominada a Mejor Director, lo que, sin ser definitivo, reduce sus posibilidades. El hecho que Yalitza y Marina hayan alcanzado nominaciones, muestra la euforia que Roma ha despertado en Hollywood, ansioso por reflejar diversidad y apertura.

Precisamente, ese deseo de la Academia por ajustarse a la corrección política al reconocer a obras cuyos protagonistas pertenecen a grupos minoritarios, es lo que explica las siete nominaciones de Pantera negra, que me parecen un exceso. Es la primera cinta basada en cómics de súper héroes en ser incluida como Mejor Película. Y justo en el año en que tuvimos la vigorosa Avengers: Infinity war, superior en cuanto a solidez narrativa y manejo del lenguaje cinematográfico, pero que sólo alcanzó una nominación, por efectos visuales. El hecho es que está prevaleciendo de facto un sistema de cuotas que echó fuera de la nominación como Mejor Director a Bradley Cooper, para poner a Spike Lee por la valiosa pero desigual El infitrado del KKKlan.

*Mañana domingo, el influyente sindicato de actores de Hollywood entrega sus premios de actuación. Creo ganarán Christian Bale, por su sorprendente transformación en el tenebroso Dick Cheney en El Vicepresidente, y Glenn Close por La buena esposa, quien también se llevará el Oscar como reconocimiento a su carrera (siete nominaciones sin haberlo ganado). Yo prefiero a Lady Gaga, por su profunda capacidad para transmitir sentimientos que desplegó en Nace una estrella.