Teodoro Petkoff y el socialismo democrático

Teodoro Petkoff y el socialismo democrático
Por:
  • rafaelr-columnista

Buena parte de la tendencia autoritaria de la izquierda latinoamericana, en las dos últimas décadas, está relacionada con la renuncia a conjugar socialismo y democracia. Aquella síntesis, que para muchos marxistas latinoamericanos de los 70 y 80, que se involucraron en las transiciones democráticas, era posible, dejó de serlo en los últimos años por la hegemonía de la izquierda neopopulista. Los socialistas reacios a la geopolítica bolivariana son fieles a aquel proyecto.

Muchos líderes de la última izquierda latinoamericana, la chavista, originalmente no se autodenominaban “socialistas”. Cuando empezaron a hacerlo, como el propio Chávez, fue para insistir en que su socialismo era diferente al socialismo democrático. Un socialismo más cercano al modelo cubano y, por tanto, a su origen soviético, si bien en la práctica el tipo de régimen que construían era muy distinto.

 

“En sus libros de los 70, Petkoff defendió aquel socialismo. Las transiciones democráticas y la caída del Muro de Berlín en 1989 le dieron la razón. Su participación en el gabinete de Rafael Caldera, en 1996, desde donde impulsó la política social del gobierno, fue consecuencia de una larga apuesta”

 

Desde una perspectiva de larga duración, en la historia de la izquierda latinoamericana, se ha vivido una regresión ideológica, relacionada con el abandono de la tradición socialista y el ascenso de la hegemonía neopopulista. La oposición que, desde su revista Tal Cual, hizo el importante intelectual venezolano, Teodoro Petkoff, a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, es toda una lección moral, que pone en evidencia dicho retroceso.

Petkoff fue un comunista que, bajo la influencia de la Revolución Cubana, se sumó a la guerrilla contra los gobiernos democráticos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni a principios de los 60. Varias veces encarcelado y varias veces fugado de sus captores, en verdaderas hazañas, el joven marxista comenzó a tomar distancia de la vía violenta a fines de la década, impulsado, en buena medida, por la decepción que le produjo la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968.

Su primer libro, justamente titulado Checoslovaquia: el socialismo como problema (1969), fue una defensa del proyecto de Alexander Dubcek desde América Latina. El lanzamiento del Movimiento al Socialismo (MAS), en 1971, junto a Pompeyo Márquez, otro exguerrillero marxista, que abandonó el Partido Comunista de Venezuela, fue uno de los primeros capítulos de la incorporación de comunistas latinoamericanos a la vía pacífica y electoral, alentada por el triunfo de Salvador Allende y Unidad Popular en Chile.

[caption id="attachment_821820" align="aligncenter" width="1128"] Foto: Teodoro petkoff al dar una conferencia en el 2012.[/caption]

No es extraño que, una vez ubicado en esa posición, Petkoff convergiera con intelectuales iberoamericanos como Jorge Semprún, Juan Goytisolo, Mario Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza y Gabriel García Márquez que, por esos mismos años, impulsaban la revista Libre en París. El tercer número de esta revista, en la primavera de 1972, fue coordinado por Petkoff y el escritor venezolano Adriano González de León.

En ese número se insertó una entrevista con Pompeyo Márquez, donde el líder socialista hablaba de la “crisis del marxismo dogmático” y de la necesidad de incorporar al debate temas como “democracia interna, la forma de compaginar centralismo y democracia, centralización y descentralización, responsabilidad colectiva e individual, espíritu de iniciativa y disciplina”. Todas, expresiones que rápidamente hicieron del MAS una organización “revisionista”, a los ojos de La Habana y Moscú.

 

“Muchos líderes de la última izquierda latinoamericana, la chavista, originalmente no se autodenominaban “socialistas”. Cuando empezaron a hacerlo, como el propio Chávez, fue para insistir en que su socialismo era diferente al socialismo democrático. Un socialismo más cercano al modelo cubano”

 

En sus libros de los 70, Petkoff defendió aquel socialismo. Las transiciones democráticas y la caída del Muro de Berlín en 1989, le dieron la razón. Su participación en el gabinete de Rafael Caldera, en 1996, desde donde impulsó la política social del gobierno, fue consecuencia de una larga apuesta por la democracia desde la izquierda. Dada esa trayectoria, era lógico que Petkoff celebrara la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999. Tan lógico como que se opusiera al chavismo autoritario a partir de 2002. Se llama coherencia.