Dicen adiós a Yolanda; padre niega suicidio

Familiares y amigos de Yolanda Martínez Cadena sepultaron a la joven la tarde de este domingo en el panteón Jardín de los Pinos San Roque, en Juárez, Nuevo León.

Durante el entierro, un grupo musical tocó música de banda en memoria de la joven, quien dejó huérfana a una niña de cuatro años, además, al final los familiares lanzaron globos blancos y morados al aire para desear que Yolanda Martínez vuele alto.

Mientras los trabajadores del panteón aventaban tierra al féretro, los asistentes al velorio entre sollozos gritaban "justicia, justicia para Yolanda". Al final su tumba quedó cubierta de flores.

Previó a su sepultura, se realizó una ceremonia religiosa de cuerpo presente en las Capillas del Carmen, ubicadas sobre la Avenida Constitución en el centro de Monterrey.

Durante la ceremonia, muchos de los asistentes llevaban playeras blancas con la fotografía de Yolanda impresa, mientras que personal de la funeraria colocó una gigantesca imagen de la joven al lado del ataúd blanco, en la cual se le observaba vestida de negro con una amplia sonrisa en el rostro.

Sus amigos, conocidos y familiares estuvieron rezando oraciones y cantando melodías para dar el último adiós a la joven de 26 años, quien fue encontrada sin vida el pasado 8 de mayo, luego de 38 días de búsqueda.

Después de la homilía, Gerardo Martínez reiteró que su hija no se suicidó como sostiene la Fiscalía de Nuevo León, sino que, aseguró, la asesinaron con siete sustancias tóxicas o medicamentos que le inyectaron en el cuerpo.

Sentenció que no lo van a callar, porque las autoridades deben hacer justicia y lograr la detención de las personas que privaron de la vida a Yolanda.

Añadió que él realizó pesquisas por su cuenta, al margen de la autoridad, y advirtió que no le van a “jugar el dedo”, porque “yo no soy su payaso como otras personas”.

El papá de la joven aseguró que él sabía que a su hija la habían dejado en algún lugar y para poder encontrarla, ofrecer 100 mil pesos fue una estrategia que resultó, porque tuvieron que soltar el cuerpo para que alguien ganara dinero.