Ataque a Lugansk eleva temor por escalada rusa

Un bombardeo ruso contra una escuela ucraniana convertida en refugio mató a unas 60 personas en Lugansk, incrementando la incertidumbre en torno a una intensificación con motivo del Día de la Victoria de la entonces Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, que se conmemora hoy.

Horas antes de la fecha, que según Inteligencia Rusia busca celebrar desde territorio invadido, los invasores lanzaron un ataque contra Bilohorivka, donde hasta 90 refugiados se escondían en un sótano; sin embargo, sólo 27 personas sobrevivieron y aunque laboraban para rescatar a los desaparecidos o posibles heridos, todo apuntaba a que las víctimas restantes fallecieron por el impacto, hecho que confirmó anoche el presidente Volodimir Zelenski y condenaron líderes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Unicef.

Previamente, el gobernador regional, Sergei Haidai, advertía la tragedia al señalar que prácticamente sólo quedaban cuerpos entre los escombros, el mismo día en que asesinaron a dos niños, cerca de la zona en un ataque en Privillia.

A la par de estos hechos, los soldados invasores reforzaron el asedio contra la planta siderúrgica de Azovstal, ocupada actualmente por unos dos mil defensores, luego de la evacuación de niños, mujeres y ancianos en colaboración con la ONU; pues también se cree que hoy mismo concretarían el asalto contra la resistencia, luego de varios días de salidas de civiles en convoyes a través de un corredor hacia Zaporoyia, región a la que ayer arribaron 173 civiles con lo que suman más de 600 en una semana.

Además, los enemigos expanden la zona de penetración al abrir otro frente contra militares ucranianos en la Isla Serpientes, donde el ejército ruso aseguró que derribó ocho aeronaves, y en Járkov, crucial en la ocupación de territorio fronterizo, pues labores de Inteligencia sostienen que hoy mismo el líder del Kremlin, Vladimir Putin, declararía una nueva embestida o victoria desde la Plaza Roja, hecho que se confirma con las felicitaciones adelantadas a quienes combaten a supuestos nazis en las repúblicas separatistas de Donbás: Lugansk y Donetsk.

Sin embargo, las fuerzas armadas y defensores no desisten en su lucha y presume la baja de 400 ocupantes en sólo 24 horas, con lo que suman hasta 25 mil 500 soldados eliminados en 74 días de guerra, según el gobierno.

A estos avances, se suman muestras de apoyo como las visitas sorpresa de aliados de Occidente. Fuera de agenda, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, recorrieron ayer la nación devastada por el ejército de Putin.

Trudeau arribó a Irpin, en las inmediaciones de Kiev, en donde se reunió con el alcalde Olexander Markushyn y recalcó su inquebrantable respaldo a la nación al afirmar que “Canadá siempre estará hombro con hombro con Ucrania”. Posteriormente, se reunió con Zelenski, con quien acordó entregar mil 500 de dólares en equipo antitanque.

Por separado, la esposa del presidente Joe Biden cruzó la frontera desde Eslovaquia para dialogar con la primera dama ucraniana, Olena Zelenska, a quien le externó su solidaridad con las mujeres en el Día de la Madre —que se celebra el segundo domingo de mayo en EU y el 9 de mayo en Ucrania— ante la “guerra brutal”. Zelenska resaltó la visita en medio de este clima bélico y aseguró que era una de las mayores evidencias de que no los han dejado solos.

G-7, por veto energético. Los líderes del grupo se comprometieron a prohibir las importaciones de petróleo ruso para quebrar, aún más, esa economía, responsable de la guerra en Ucrania.

Luego de los insistentes reclamos de Zelenski a romper con esta dependencia, los mandatarios de Alemania, Canadá, EU, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón garantizaron intensificar su respuesta para detener la guerra, aunque la Unión Europea (UE) aún no alcanza un acuerdo para dejar de adquirir gas, pero contempla un reparto igualitario entre aliados para no quedarse sin éste.

En reunión virtual, a la que invitaron a Zelenski, destacaron los pasos hacia la transición energética y reducir gradualmente la compra de energéticos, mismos que Ucrania acusó sólo le dan más poder al Kremlin y sus fuerzas para atacar. En una declaración conjunta el G-7 recalcó que el objetivo es “trabajar juntos para garantizar suministros globales de energía, estables y sostenibles”.

Por separado, EU adelantó que para elevar el aislamiento ruso aplicará nuevas sanciones contra televisión, industria y una veintena de líderes del sector financiero; mientras que GB confirmó que enviará mil 600 millones de dólares en equipo militar a Ucrania.

En tanto, líderes de Alemania cuestionaron los intentos de Putin de conmemorar la rendición alemana al recordar que esta fecha es por las víctimas no por elogiar conflictos internacionales. El presidente de la nación, Frank-Walter Steinmeier, llamó a unir esfuerzos contra la ruptura que esta fomentando Putin, mientras que el canciller, Olaf Scholz, sentenció que Rusia no ganará la guerra y la historia de Ucrania persistirá, pese a este episodio violento.