Para Toni Nadal
En la final del US Open femenil de 2018 entre Serena Williams y Naomi Osaka, el Juez de Silla le impuso un warning (amonestación verbal) a Williams por estar recibiendo coaching por parte de su entonces entrenador, el famoso Patrick Mouratoglou. En aquella final, Serena Williams, totalmente fuera de sí, increpó al árbitro y le dijo “Yo no hago trampas para ganar. Preferiría perder. Me debes una disculpa, yo nunca he hecho trampa en mi vida. Eres un ladrón y un mentiroso,” además de decirle que era sexista, que ella era madre, que no era el ejemplo que le daría a su hija recién nacida, y varios chantajes más, que al final no le sirvieron de nada.
Después el propio Patrick Mouratoglou dejaría en ridículo a Williams al aceptar que sí lo hizo, y fue más allá “El coaching no está autorizado, pero todos lo hacen. Si tú eres quien respeta las normas te sientes en desventaja. El 90% de los entrenadores buscamos formas de comunicarnos con nuestros tenistas durante el partido, y los jueces de silla sólo te avisan si es algo descarado, entonces procuramos ser más discretos… Si hice coaching. Sentía que Serena estaba perdida y necesitaba mi ayuda. Mañana volvería a hacerlo. Creo que esta regla debe cambiar.”
Después de estas declaraciones y muchos incidentes más, a mediados de 2022 la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) autorizó el coaching entendiendo a éste, como lo que ya pasaba de todas formas: “Frases cortas si el jugador estaba de tu lado, y señas si estaba del otro lado de la cancha” sin ir más allá.
Cuando esto pasó, todos los padres que tenemos hijos en el circuito infantil y juvenil de tenis pensamos que la Federación haría lo propio, y que también terminaríamos con la simulación y los pleitos entre muchos padres en los torneos de los hijos. La lógica nos decía que si Serena Williams, próxima a ganar 24 Grand Slams, necesitaba la ayuda de su entrenador, con mayor razón la necesitaría un niño de 8 años que apenas sostiene una raqueta, o un niño de 10 o 12 años que sabe pegarle a la pelota, pero que no tiene la menor idea de lo que es una estrategia.
¿No se supondría que a esta edad más bien los deberíamos formar? ¿Qué tan grave sería decirle a un niño de 12 años que lleva tres horas adentro de una cancha de tenis solo, que aguante, que no tire el partido, que ha entrenado mucho para ese momento, que tiene el juego para sacar el partido, que se atreva a soltar sus golpes, etc., etc., etc.
En el futbol hay un entrenador que le está diciendo a cada jugador que baje, que ataque, que defienda mejor, que se coordine con éste o con el otro, etc. Lo mismo pasa en el beisbol, en el basquet, en el volibol. En el padel, tan de moda hoy, hay un coach tipo Copa Davis, que en los cambios de lado, platica con ambos jugadores. En el golf hay un caddie que no sólo te da las distancias o caídas, sino que te puede asesorar y platicar absolutamente de cualquier tema durante el recorrido en campo.
¿Quién pensó que lo correcto en el tenis era que nadie te dirigiera la palabra en una competencia en donde puedes estar hasta cinco horas aislado de todos los demás? Hay cientos de videos en la Laver Cup en donde Federer o Nadal le explican a algún jugador de Europa cómo jugar y de qué manera actuar durante el partido. ¿Por qué ahí nadie se opuso? ¿Por qué no dijeron que era contra las reglas? Simplemente porque era más rating para la televisión e ingresos para todos.
En los Nacionales de Tenis donde juega mi hija he visto un sinfín de discusiones entre padres, algunas a punto de llegar a los golpes, porque una parte argumenta que la otra está haciendo coaching a la rival de su hija. Ese coaching va desde frases muy genéricas, hasta temas más puntuales. También he visto niñas que se van al baño al terminar el set, sólo para que esté ahí su mamá esperándolas para darles instrucciones. Algunas buscan la manera de ver su teléfono o reloj en donde pueden recibir mensajes, etc.
Cada que pasa eso, me pregunto por qué no vamos más allá del cambio limitado de la ATP y hacemos una prueba de ensayo-error a ver cómo podría funcionar tener a un coach en los cambios de lado, o al terminar el set, y que pudiera haber un intercambio más fluido entre el entrenador y jugador. La razón va más allá de favorecer a quien sea más receptivo a esto, o al que tenga mejor entrenador, sino se sustenta en formar al jugador en esta etapa temprana de su vida.
Lo peor que podría pasar es que no funcione. Pero nada será peor a lo que pasa en la actualidad. ¿Por qué no nos atrevemos a innovar? De la misma manera, de años atrás, siempre he sostenido que las muertes súbitas las llevaría todas a 10 puntos y no a siete como es en la actualidad. De la misma manera, no haría el tie-break hasta el 6-6, sino que lo aplicaría desde el 5-5.
Cuántos sets hemos visto que duran más de una hora, y se resuelven en menos de cuatro o cinco minutos en un tie-break, la mayoría de las veces por uno o dos errores no forzados.
De la misma manera en los 40 iguales. Cuando he preguntado el porqué del famoso punto de oro en el dobles, o en el torneo de consolación, o en la categoría de menores de 10 años, la respuesta fue “No queremos tantos 40 iguales porque se alargan mucho los partidos.” Ok, ¿Y no han pensado en que tengas máximo dos 40 iguales y al tercero sea punto de oro?
La única regla que cambiaron en el tenis infantil fue la más estúpida, “que ya no haya net”, y que si un servicio toca la red y apenas cae del otro lado de la cancha, haciéndole imposible al que recibe llegar a devolverlo, es punto a favor del que saca. Cuando pregunté la razón de esa medida tan absurda, fue que “en el tenis colegial muchos argumentan en los saques muy fuertes que la pelota rozó la red y que no tienen árbitros para validarlo o no.” Ok, ¿y no pudieron pensar que esa medida sólo aplica si la pelota no bota dos veces en el cuadro de servicio?
El tenis, como muchos otros deportes, debe cambiar sus reglas, hacerlo más moderno, justo y entretenido. Cada que me encuentro a Mikel Arriola, presidente de la Liga de Futbol en México, le digo lo mismo: “En los partidos que terminen en empate se deberían ir a penales, y el que gane quedarse con dos puntos y el que pierda sólo con uno. Si ganas por tres goles o más a un rival que sea de los primeros de la tabla o que lo hagas de visitante, en lugar de obtener tres puntos deberían darle cuatro, y así varios supuestos más”
En el mismo tenis recuerdo que había puntos adicionales en el ranking cuando alguien le ganaba a un top ten del mundo. Hay muchísimos cambios que se pueden realizar en beneficio de todos. Sólo es tema de atreverse. Ojalá un día podamos ver que se concretan. Estoy seguro que en este caso en particular, beneficiaría al tenis y a la convivencia durante todo el año de cientos de papás, niños y entrenadores.