La amenaza religiosa al liberalismo

La amenaza religiosa al liberalismo
Por:
  • gabriel-morales

Desde la elección de Trump ha habido un sinnúmero de artículos que comparan la ola de derecha en el mundo occidental con el ascenso del fascismo en la década de 1930.

Tanto en 1929 como en 2008 el mundo entró en una profunda crisis económica. En respuesta, miles de personas, en específico aquellos que no se beneficiaron de los procesos globalizadores, decidieron recurrir a líderes de corte autoritario que basan sus agendas en una oposición a las élites liberales y un odio hacia las minorías.

Sin embargo, hay una diferencia importante que pocos han remarcado. Los movimientos nacionalistas de la década de 1930 fueron, casi en su totalidad, seculares; a principios del siglo XX se creía que el mundo, siguiendo el camino que trazara la ilustración, se volvería en su totalidad secular. Sin embargo, particularmente en las últimas décadas, hemos visto a países, en especial en Medio Oriente, volverse cada vez más religiosos. Este fenómeno ha llegado en los últimos 15 años también al mundo occidental. Aunque en muchos casos la agenda religiosa no es el centro de los movimientos de derecha, sin duda la religión desempeña un papel preponderante. El ejemplo más claro es Turquía. Un país que se creó explícitamente como una nación secular y cuya población, y en particular cuya élite, a lo largo del siglo XX, fue en su mayoría secular. Durante los últimos 15 años, el Estado turco, a mando de Erdogan, se ha volcado hacia la islamización de la sociedad. Para el actual presidente, la religión se ha convertido en su mejor arma para atraer a las masas rurales a las casillas de voto.

El país se encuentra profundamente dividido entre una población secular que durante el Ramadán se ha tenido que enfrentar por primera vez en décadas a acciones del Estado que pretenden obligarlos a cumplir con los requerimientos religiosos. Sin embargo, la derecha turca no es el único ejemplo. Trump consiguió en buena medida su victoria en  la primaria republicana gracias al voto evangélico, que se ha convertido en uno de los grupos más poderosos en Estados Unidos.

En Europa, los movimientos de derecha utilizan la “identidad cristiana” como su arma principal ante lo que ellos consideran como la “amenaza islámica”. En Israel, la población de judíos ortodoxos, que crece día con día, ha adquirido enorme poder en los acuerdos de coalición y ha impedido cualquier avance en temas de Estado y religión.

América Latina tampoco está exenta de movimientos políticos de derecha religiosa. Por muchos años, después de guerras sangrientas que en algunos casos enfrentaron a la Iglesia y al Estado, la Iglesia católica se mantuvo al margen (parcialmente) de la política. Sin embargo, el nuevo movimiento evangelista que ha surgido en la región en los últimos años ha tomado decididamente el camino de la política partidista. En Brasil es tal su fuerza que ocupan la alcaldía de Río de Janeiro y tienen un candidato viable a la presidencia. Los desafectos de la globalización han propiciado un giro hacia la derecha, este giro sin embargo, a diferencia de lo que sucediera a principios del siglo XX tiene un tinte religioso que amenaza con volverse uno de los problemas centrales de nuestro siglo.