San Judas Tadeo viaja en el Metro capitalino desde temprano

San Judas Tadeo viaja en el Metro capitalino desde temprano
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En la estación Chabacano del Sistema de Transporte Colectivo, donde se hace el trasborde de la Línea 9 con la Línea 2, en los andenes esperan los feligreses pacientes para subirse a la "Línea Azul" (2) del Metro, que va de Cuatro Caminos a Tasqueña, y cargan sus esculturas o imágenes de San Judas, algunas de tamaño natural, hasta las comunes, que son pequeñas réplicas y viajan entre los brazos.

El objetivo es llegar al templo de San Hipólito, ahí saliendo de la estación Hidalgo, donde ya desde las 11 de la mañana, sobre la avenida del mismo nombre esquina con Paseo de la Reforma, la gente se forma junto con sus imágenes para poder entrar a la iglesia y que los curas bendigan sus santitos.

[caption id="attachment_819135" align="aligncenter" width="696"] Devotos a San Judas Tadeo abarrotan los alrededores del convento de San Hipólito. Foto: Cuartoscuro[/caption]

Mientras esperan en una fila desordenada para poder entrar al templo, los vendedores  aprovechan para ofrecer sus velas y escapularios, mientras que otros, instalados abajo de la banqueta, comercian rosarios de todos tamaños.

En la espera, ya cerca de la puerta de la iglesia, mujeres y hombres de todas las edades, niños y niñas, y adolescentes aguardan su turno para ingresar, hincarse y darle gracias, dice una señora: “Aunque me cuesta trabajo hincarme, sólo lo hago cuando vengo aquí cada año, además mis hijos me ayudan, es lo menos que puedo hacer”.

[caption id="attachment_819139" align="alignright" width="225"] Fieles a su cita anual, centenares de personas acuden desde diversos puntos de la ciudad y estados aledaños a la iglesia de San Hipólito para a venerar a San Judas Tadeo, el llamado santo de las causas difíciles. Foto: NTX[/caption]

Las misas se pueden escuchar en la vía pública, a través de los altavoces que hay y los cantos que se hacen como parte de la conmemoración religiosa se combinan con el sonido de un cuerno y los tambores que se escuchan a lo lejos de grupos de danzantes prehispánicos que también festejan al santo.

Por supuesto se oye música de mariachi en honor a San Judas. Y así sigue el día y la tarde, mientras más tiempo pasa más gente llega y se agolpa sobre toda la avenida Hidalgo, sobre las banquetas, sin importar los puestos.

Las misas siguen una tras otra todo el día, tarde y noche, y las filas para entrar a la iglesia también. Se hace por Paseo de la Reforma, y para no provocar desorden van dejando entrar poco a poco cada una de estas filas de feligreses que esperan para tener la oportunidad de venerar a su santo “en persona”.

Información de Elizabeth Rodríguez Mora, para Notimex

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