Adiós, ministro Aguirre

Adiós, ministro Aguirre
Por:
  • larazon

Elisa Alanís.

Se va de la Suprema Corte todo un personaje. Sergio Salvador Aguirre Anguiano es uno de los miembros del Poder Judicial que se despide este mes de la mayor investidura en el máximo tribunal.

El otro en partir es el anterior presidente, Guillermo Ortiz Mayagoitia. Y aunque los dos son identificados con el ala conservadora de la Corte, las creencias religiosas de Aguirre Anguiano lo colocaron en distintas ocasiones en el ojo del huracán.

Será recordado por frases y momentos polémicos, como cuando dijo que los militares con VIH Sida representaban un “severo problema bactereológico”; cuando, con toda vehemencia, días antes de la resolución de la llamada Ley Televisa, indicó que la gente sabría de qué estaban hechos los ministros, o cuando sugirió que se debatiera en sesión privada, y no pública, el juicio civil a militares por tratarse de “asuntos morrocotudos”.

El ministro Anguiano se va en buen momento. Para él, para México. Representó los intereses de millones de personas que comulgan con sus creencias y su forma de interpretar la Constitución. Pero esta manera de procurar justicia estará cada vez más lejos de la protección de derechos fundamentales consagrados en tratados internacionales.

Anguiano fue un buen ministro en la Corte que le tocó integrar, una Corte que se ha encontrado en los últimos años en un periodo de transición de ser un tribunal de legalidad como cabeza del Poder Judicial Federal, a un tribunal constitucional que resuelve los asuntos más delicados de nuestra vida política y social.

En esa Corte, y no en otra, ni siquiera la que ya existe en esta décima época, Aguirre Anguiano fue un factor clave de estabilización y de equilibrio.

Ministro polémico, conservador y valiente.

Cumplió de manera cabal con su papel en el momento histórico que le tocó.

Integró un colegiado donde se combinaron magistrados tradicionales de la judicatura, con expertos externos en derecho constitucional; donde convivieron visiones conservadoras predominantes con incipientes enfoques progresistas de fortalecimiento democrático.

Pero sus argumentos, válidos ayer, parecerán un mal chiste mañana.

La salida de este ministro plantea una pregunta a los encargados del nombramiento de su sustituto: ¿Qué tipo de ministros requiere nuestro tribunal constitucional en el momento en el que nos encontramos? Acaso, ¿se requieren magistrados de carrera como en los viejos tiempos de un poder judicial comparsa del autoritarismo presidencialista? ¿Ministros a modo y de evidente cercanía con los partidos que los nombrarán? O, ¿especialistas en derecho constitucional y otras áreas de la vida social?

Por lo pronto, adiós, ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano.

elisa.alanis@3.80.3.65

Twitter: @elisaalanis