Ahora 46 días de veda

Ahora 46 días de veda
Por:
  • javier_solorzano_zinser

En un muy buen número de casos las precampañas no terminaron siendo lo que se quería de ellas. Entre que el modelo debe perfeccionarse y que se aprovecharon de él, al final el balance no es necesariamente bueno.

Los legisladores discuten y aprueban en las cámaras para que sus partidos traten de sacar raja de lo que aprueban, y al final en un muy buen número de ocasiones señalen invariablemente al INE como responsable de todos sus males.

Los partidos designaron candidatos más que precandidatos. López Obrador se autodesignó, el Presidente Peña Nieto destapó a Meade, y el Frente le dijo al PAN que hiciera lo que le pareciera.

El objetivo de las precampañas era que los militantes o simpatizantes decidieran entre varios precandidatos; el modelo se vino abajo a las primeras de cambio.

El Frente (PAN, PRD y MC) fue la única organización que se apegó al modelo en la CDMX. El PRD, en medio de la repartición de los panes que hizo la coalición, tenía tres precandidatos. Salomón Chertorivski y Armando Ahued se le pusieron enfrente como candidatos ciudadanos, de manera inesperada, a Alejandra Barrales.

Como suele suceder con todos los partidos, son las cúpulas las que deciden quién será el o la candidata. Pero como sea, los precandidatos se placearon, estuvieron en spots, tuvieron una competencia interna, y se asegura que Alejandra Barrales fue elegida a través de una encuesta junto con la opinión del Consejo del PRD.

Puede ser que así haya sido porque nadie acabó en otro partido, se disciplinaron y perdieron. Hubo un solo debate en la empresa a la que los políticos ni por asomo dicen que no. En el caso de la convocatoria que hicimos en Canal Once, con escenografía, redes y público en el estudio, Alejandra Barrales inesperadamente pidió cambio de horario, a lo cual Armando Ahued se negó; en suma no pasó nada.

El ejercicio de las precampañas no terminó teniendo un buen balance. Los partidos lo usaron para iniciar sus campañas más que como un ejercicio que permitiera a sus militantes y simpatizantes decidir entre varias opciones. Diríamos que se pusieron a hacer pretemporada en las precampañas.

Quizá si a alguien le sirvió el modelo fue a José Antonio Meade y a Ricardo Anaya, en ese orden. López Obrador es seguramente el personaje político más conocido del país y pareciera que no hay quien no lo conozca.

La precampaña sirvió para que algunos que no eran conocidos fueran al menos medianamente conocidos, pero aquello de la competencia interna, lo cual era el objetivo, no pasó.

Lo que fue un hecho es que los tres “precandidatos” estuvieron en los medios de comunicación a toda hora y ¡ay de aquel que no cumpliera con la pauta del INE! Entrar segundos tarde en la difusión de los spots se convertía en un señalamiento, con su respectiva multa.

Lo que viene será la sobreatención electoral en horarios y pautas. Los spots serán más abrumadores y nos llenaremos de promesas e impugnaciones. En las elecciones si algo prevalece es la desconfianza la cual, como bien se sabe, nos sale brutalmente cara.

Los 46 días de veda, para entrar ahora sí de lleno a las campañas, podrían ser un buen espacio para la reflexión y la autocrítica. A todos les viene bien porque nadie ha ganado y nadie ha perdido.

Como diría Yogi Berra: “esto no se acaba hasta que se acaba”.

RESQUICIOS. Así nos lo dijo el viernes.

ANA CRISTINA RUELAS. Dir. ARTÍCULO 19.

La violencia contra los periodistas es intencional y busca callarlos. El mensaje es muy claro, si tú matas al mensajero éste se convierte en el mensaje y, lo que él estaba buscando, la verdad, se pierde.

El patrón de actuación del Estado es justificar que los periodistas estaban en mal momento, en mal lugar, con malos amigos y que por eso se les asesina, no porque estaban buscando verdades.

Esto forma parte del informe que cuenta diversas historias, en las cuales hablamos de cómo en México falta una garantía real a la verdad.