Alfredo Zalce y la política cultural

Alfredo Zalce y la política cultural
Por:
  • horaciov-columnista

Este mes es significativo para recordar a uno de los artistas plásticos más importantes que ha dado el país.

El 12 de enero se conmemoraron 110 años del nacimiento de Alfredo Zalce, y el próximo viernes 19 se cumplirán quince años de su fallecimiento. Lamentablemente el momento actual no se presta para celebraciones. Algunos comentarios al respecto.

Obra y legado. Alfredo Zalce es uno de los más grandes artistas plásticos que dio México en el siglo XX. Escultor, pintor y muralista, perteneció a esa generación de artistas que creó una escuela mexicana con repercusión internacional. A lo largo de prácticamente 75 años la inspiradora obra de Zalce fue exhibida en numerosos puntos del país y en diversas partes del mundo.

Rebasa por mucho las dimensiones de este espacio hacer una revisión exhaustiva de la obra y de los reconocimientos que recibió Zalce. Baste al menos señalar la exposición colectiva Veinte siglos de arte mexicano, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1940); el mural Importancia de Hidalgo en la Independencia, en el Palacio de Gobierno de Morelia (1955-1957); el fresco Historia de Morelia para la Cámara de Diputados de Michoacán (1961-1962); Las Tres Constituciones, tres estelas monumentales alusivas a las constituciones liberales del país, en el parque Juárez de Morelia (1974); la creación del Premio de artes plásticas Alfredo Zalce (1979); la exposición Zalce Total (1995-1996) y, por supuesto, la entrega que se le hizo del Premio Nacional de Arte en 2001.

Camelinas 409. Hace unos días circuló una carta pública dirigida a las autoridades políticas y culturales del país y del estado de Michoacán (presidente, gobernador y secretarios de Cultura federal y local) en la que un colectivo de artistas e intelectuales, encabezados por Beatriz Zalce, solicitaba que el domicilio que habitara su padre pudiera recobrar la naturaleza de museo-taller. Tras la muerte de Don Alfredo, su casa estuvo sujeta a litigios sucesorios, hasta que fue adquirida hace unos años por el gobierno de Michoacán. Actualmente es una oficina de la Secretaría de Cultura de ese estado. El reclamo consiste en terminar con los años de abandono y simulación por parte de los gobiernos estatales de Leonel Godoy y actual, omisos en orientar su política cultural a divulgar adecuadamente la obra y el legado del principal artista plástico michoacano.

Si bien hace unos días, para salir del paso de esta polémica, se anunció la realización de unos talleres para niños y jóvenes de zonas marginadas de Morelia, la medida resulta insuficiente, considerando el potencial que podría tener el inmueble. No les falta razón a los firmantes de la carta en el sentido de que, por la relevancia comunitaria, cultural, turística y artística que podría tener un taller-museo adecuadamente consolidado, se convertiría en una referencia obligada a visitar en la capital michoacana, como lo es la Casa Azul de Coyoacán o muchos otros ateliers por el mundo.

Lo personal. Vi a Alfredo Zalce en dos ocasiones, hace muchos años. Me causó una extraordinaria impresión por su humildad y generosidad. Si bien estoy convencido de la nobleza intrínseca del proyecto de la casa-taller-museo en Morelia, personalmente no oculto una razón adicional: honrar la memoria de mi abuela, Lucía Zalce Torres, hermana del pintor, de quien siempre escuché grandes muestras de admiración hacia Alfredo.