Bolas de humo

- PRIMER TIEMPO: Rudeza necesaria en San Lázaro

El domingo pasado la revista Proceso publicó una entrevista con el diputado Manuel Clouthier, quien expresó su desconcierto porque no le parecía que el gobierno federal estuviera haciendo su trabajo en la lucha contra el narco en su tierra Sinaloa. La entrevista no tuvo mayor impacto, porque Proceso ha perdido impacto de manera significativa. Entonces, ¿por qué otro diputado panista pidió la renuncia de Clouthier, su correligionario, por sus declaraciones al semanario? Desagreguemos. El diputado es Julio Castellanos, vicecoordinador de la bancada del PAN, tan cercano a la coordinadora Josefina Vázquez Mota, que fue su oficial mayor en la SEP. Castellanos es un francotirador, porque quien hace el trabajo político para ella no es él, sino Roberto Gil. O sea, es un fusible desechable que ahora es utilizado para amagar a Clouthier. Pero ¿quién es destinatario final del ataque? Varios diputados vieron nerviosita a Vázquez Mota cuando estuvo a punto de quebrarse Fernando Gómez Mont en la Secretaría de Gobernación, aspirando —como siempre ambiciosa—, trasladarse a Bucareli. Se enfrió el tema y sale, de la nada, Castellanos con el rifle de dos cañones. Uno fue para dar la cara por el presidente Felipe Calderón, a quien no le cae bien Clouthier, y con quien Vázquez Mota quiere quedar bien; y el otro, ¿para lastimar a su cuñado Heriberto Félix, el ascendente secretario de Desarrollo Social que está siendo promovido por la primera dama Margarita Zavala para 2012? Doña Jose necesita quitar pájaros del alambre de la sucesión presidencial, que se está poblando por más aves de las que ella muy probablemente quisiera ver acompañándola en el mismo cable. Clouthier le cayó como maní del cielo.

 SEGUNDO TIEMPO: Fernando les sigue doliendo en el estómago

Ni modo. La operación aplanadora contra el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont por saltarse las trancas presidenciales, se salió de control. Es lo malo de hacer una campaña con cavernícolas: se pasaron de tueste. Gómez Mont pasó de digno a indigno a la velocidad del sonido por no haber notificado a su jefe que estaba negociando, además de lo suyo, la política interna, la política económica, y luego se convirtió, aún más rápido, en víctima de la Presidencia. Ni modo. El presidente Felipe Calderón se tuvo que echar un clavado para evitar que Gómez Mont terminara sacrificado por su equipo y que el costo político de relevarlo se siguiera incrementando. Dijo públicamente que era un funcionario leal, aunque siga pensando que fue desleal; que ha cumplido su trabajo con responsabilidad, aunque insistan sus colaboradores que ha sido muy irresponsable; y que sigue siendo un interlocutor válido con el PAN, aunque en el PAN sienten que apesta. Por lo pronto, Gómez Mont se queda, y la pregunta es hasta cuándo. Pero, por si acaso y por las dudas, en Los Pinos se pidió la actualización de los CV de cuatro personas: Juan Molinar, secretario de Comunicaciones, Javier Lozano, secretario de Trabajo, Luis Felipe Bravo Mena, secretario particular del Presidente, y Gustavo Madero, líder del PAN en el Senado. A calentar motores.

 TERCER TIEMPO: ¿De que manera se entierra al PRD?

Ahora sí que a la cúpula perredista le quitaron el tapete, y Jesús Ortega, su líder, quedó desbalanceado. Negoció alianzas con el PAN en varios estados con el apoyo inicial del PT, pero en los últimos días, el jefe político del PT, el perredista (así es, no entendió mal la dualidad caudillista) Andrés Manuel López Obrador, dijo que los petistas se retirarían de cualquier alianza. Aunque incluye a Zacatecas —lo que parece el sacrificio de la familia Monreal, que tiene la franquicia del PT en el estado—, también afecta a Durango, donde el PT era la fuerza real de la alianza contra el PRI. El punto toral está en el deslinde que López Obrador está marcando sobre los resultados de las 12 elecciones para gobernador en julio. En cada una de ellas, el PRI arranca como puntero, y si el voto confirma el pronóstico, la debacle de Ortega como el arquitecto aliancista será devastadora. Apueste que, si eso sucede, el PRD de Los Chuchos entrará en agonía, y el PT del perredista López Obrador recuperará el aire perdido para tomar el vuelo necesario que le permita llegar fuerte a 2012.

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