Cinco lecciones

Cinco lecciones
Por:
  • danielalonso-columnista

Del júbilo a la desolación; de la tristeza a la celebración. La tarde de ayer en Rusia fue un terremoto de emociones con el partido de México, y no sólo para los aficionados mexicanos, sino también para aquellos nativos de Rusia u otras naciones que ya comparten el sentimiento de las rancheras y “súperhéroes” mexicanos que lucen mascaras de Rey Misterio y del Hijo del Santo.

Y más allá de esta sacudida psicológica que a varios perturbó desde muy temprano en México, hay una serie de lecciones que debemos sacar de este último encuentro.

Uno: ya se sabe, pero creo que debe repetirse siempre antes de cada partido: ningún encuentro se gana sin disputarlo. Aficionados y bastantes medios deportivos aseguraban el pase a octavos como líderes de grupo, incluso tacharon de “hombres de poca fe” a quienes no se atrevieron a realizar su itinerario rumbo a San Petersburgo. Debo confesar que yo creí ingenuamente que el liderato estaba casi amarrado.

Dos: que no existen dogmas en el futbol. Lo anterior, porque muchos criticamos durante tres años qué Juan Carlos Osorio no creyera en la continuidad; qué cómo era posible que el colombiano no repitiera alineación nunca. Bueno, ese día llegó, Osorio alineó a los mismos hombres que ante Corea del Sur y el equipo no supo responder ante el golpe que significó el primer gol de Suecia y la virtual eliminación. El otro ejemplo es Alemania; no existen ya equipos pequeños.

Tres: que a veces tenemos el futbol que nos merecemos. Las críticas resurgieron minutos después de que concluyera el juego. Se escuchan quejas a nivel de afición y prensa deportiva, atacando el pobre nivel de nuestra liga y las carencias de nuestra Federación Mexicana de Futbol, pero apenas unos días antes, todos ya éramos pro-Osorio y en un chistar, odiamos nuevamente al técnico mexicano. Basta de simplificar la manera de ver el futbol.

Las conclusiones que podemos sacar tras analizar el encuentro no arrojan teoremas o paradigmas imposibles de resolver. Hasta antes del gol de Suecia, el partido estaba bastante parejo; ida y vuelta, intercambio de golpes. El penal, debatible y el autogol, mala fortuna. Es cierto que el equipo mexicano no logró contener el partido una vez al verse abajo en el marcador. También el juego aéreo influyó bastante; pero es algo con lo que siempre se batalla contra este tipo de rivales. Los suecos son el segundo equipo más alto del Mundial.

Cuatro: que la lección más importante que siempre deja el futbol está fuera del campo. Reconocer al equipo de Corea del Sur por su profesionalismo y hambre de triunfo y las muestras de apoyo y felicitaciones que hicieron públicas. En caso de haber perdido en el último minuto, nuestro embajador o presidente de la FMF o cualquier aficionado, ¿hubiera felicitado a los coreanos por el esfuerzo?

Cinco: que Osorio tiene tarea. Ajustar la defensa con la baja de Héctor Moreno por amonestaciones; borrar de la mente el efecto negativo de la derrota en cada integrante del tricolor, porque Brasil, sin presentarse como un imposible, cuenta con la calidad necesaria para encarar cualquier partido. Vaya rompecabezas para Juan Carlos.