Destrucción patrimonial

Destrucción patrimonial
Por:
  • Gabriel-Merigo

“El secreto de mi felicidad es tratar

las catástrofes como molestias

y no las molestias como catástrofes”

André Maurois

Los daños, el deterioro generalizado e inclusive, a veces, el colapso de la arquitectura histórica, pueden ser causados por efectos del medio ambiente, por la falta de mantenimiento o por el uso de materiales inadecuados para su conservación.

Otros factores más graves que perjudican a los inmuebles de valor patrimonial son las adecuaciones arquitectónicas invasivas en los casos de modificación de su uso original o de ampliación del monumento, ambos en respuesta a las nuevas necesidades funcionales que exigen su actualización. En realidad, las causas que actúan mayormente en perjuicio de la arquitectura patrimonial son en su caso extremo las guerras y sobretodo los desastres naturales, aunque en nuestro país somos especialmente vulnerables a estos últimos. A diferencia de otros países, México no ha padecido mayores daños al patrimonio edificado, ocasionados por luchas armadas, sin embargo la ocurrencia de sismos en su territorio es una realidad constante. Los movimientos telúricos registrados en septiembre del año pasado, además de acabar con cientos de vidas humanas y de destruir un sinnúmero de casas y edificios, arrasaron con el valioso patrimonio cultural en varias entidades de nuestro país, dañando en toda el área siniestrada más de 2100 monumentos arquitectónicos con valor histórico y artístico. Paradójicamente, fue en la misma fecha, pero hace treinta y dos años, en una fría mañana del 19 de septiembre de 1985, que sufrimos en México el devastador terremoto que muchos todavía recordamos con horror. Ahora hemos padecido de nuevo la fuerza destructiva de la naturaleza en toda su potencia, pero en esta ocasión además de sembrar la muerte y la destrucción, arrasó con el valioso patrimonio cultural de varias entidades de nuestro país.

El patrimonio edificado más afectado por el sismo fue el religioso, en vista de la enorme cantidad de iglesias y edificios para el culto existentes principalmente en el Estado de México, Puebla y Morelos, cuyos conventos tuvieron severos daños en los claustros y derrumbes generalizados en los templos y capillas con sus torres campanario y cúpulas colapsadas parcial o totalmente. Nunca antes, ni las autoridades ni los especialistas habíamos enfrentado una emergencia de esta magnitud con la necesidad de restaurar de manera simultánea cientos de valiosos inmuebles, en diversos estados, con distintas problemáticas y a veces en lugares lejanos y de difícil acceso. La adversidad de estas condiciones ha llevado a las autoridades a la instrumentación de un plan de reconstrucción inmediata que ha puesto en evidencia diversas carencias como la insuficiencia de restauradores profesionales, de técnicos en restauración de bienes muebles e inmuebles y de artesanos de la construcción.

Para la atención de los múltiples daños existentes y la valoración de los procesos a utilizarse por los profesionales en la rehabilitación arquitectónica de los inmuebles afectados por el sismo, todos se han sujetado a un marco teórico convencional, que rige las acciones de restauración y de reconstrucción pero que resulta escaso, impreciso, por lo que urge su revisión, replanteamiento y readecuación a los nuevos tiempos, en beneficio de la riqueza patrimonial que poseemos todos los mexicanos.