El camino hacia el impeachment

El camino hacia el impeachment
Por:
  • Valeria-Martija

Desde la precandidatura, la candidatura y —ahora— la presidencia de Donald Trump, todo ha sido han sido un atentado en contra de las reglas del juego democrático.

La circunstancia histórico-política llamada Donald Trump es, simplemente, bizarra; tanto como imaginar que un empresario se colara como jugador titular del Barcelona y dejara fuera a Messi; insultara a los árbitros; vendiera sus mercancías en el medio tiempo; insultara a la afición y desconociera completamente los reglamentos de la FIFA. Y, por si fuera poco, reclamara para sí el balón de oro.

La conducta de Donald Trump va en contra de los principios fundacionales de Estados Unidos; en menos de un mes de gestión, el presidente ha desdeñado la importancia de la verdad —fake news—, de la libertad —atacar las convicciones religiosas—, y de la justicia —insultando a los jueces y cortes que lo contradicen—.

Está, además, el desprecio por los principios constitucionales; especialmente, por la quinta enmienda y el debido proceso pues no ha tenido el menor reparo en ordenar detenciones arbitrarias en contra de migrantes a quienes ha negado el beneficio de dicha enmienda.

Pero, mucho me temo, no será ninguno de estos asuntos lo que abra la puerta al impeachment sino que será el conflicto de intereses. La sombra de la Casa Blanca es de largo alcance, por lo que los políticos profesionales suelen apartarse del mundo de los negocios. No así, Donald Trump, quien sin el menor empacho sigue tweeteando en favor de sus intereses y en contra de sus enemigos, con consecuencias claras y medidas en los comportamientos de los mercados. Además, está el trato preferencial que recibe en el mundo de los negocios por ocupar la silla de Abraham Lincoln.

Se necesitan tres condiciones para solicitar un impeachment: argumentos de la doctrina fundacional, legales y políticos.

En cuanto a la doctrina, en El Federalista, Alexander Hamilton señaló las condiciones para que tuviera lugar un impeachment: “serán sujeto de impeachment aquellos delitos que proceden de la mala conducta de los hombres públicos,  del abuso o violación de alguna confianza pública”.

En términos legales, para que ocurra un impeachment es necesario que el Presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes —Bob Goodlatte— evalúe la viabilidad y lo solicite a las cámaras.

En sede política, los republicanos no considerarán el impeachment sino hasta que los disparates de la Oficina Oval les cuesten electoralmente; y la primera parada serán las encuestas para las elecciones intermedias.

Un impeachment sería una salida desesperada, fuera de la común, para los desvaríos, también fuera de lo común, de Trump.

La presidencia de Donald Trump está fuera de juego, comete fallas día tras día, no conoce los reglamentos, ignora las conductas deportivas; y no, no solo es fútbol: es la vida entera lo que está en juego.

politicaltriage.razon@gmail.com

Twitter: @ValHumanrigther