El grito

El grito
Por:
  • larazon

Gil Gamés

Un grito aterrador rasgó el silencio del amplísimo estudio. Gil gritaba con un ejemplar de su periódico La Razón estrujado contra su pecho. Con la novedad de que Gamés escribió en esta página del fondo el verbo oradar sin hache. Dios de bondad, como lo oyen. Con el rictus del dolor y el ridículo empotrado en la cara, Gil se arrastró sobre la duela de cedro blanco entre gimoteos. La culpa creció como una catedral y ensombreció el corazón simple de Gamés.

Con el alma horadada por la estupidez, oh, sí, Gilga reconoce en su mente y sus dedos a los únicos culpables.

Como la luna de Shakespeare que se acerca demasiado a los hombres y los vuelve locos, los maestros de la Coordinadora se han acercado demasiado a Gamés y lo han vuelto idiota. Como decía Chachita: ni hablar, mujer, traes puñal. La verdad sea dicha, Gamés se sintió dentro del libro de texto gratuito, sin ortografía, ni texto, ni pretexto. Hay, mis hijos, (qué dijeron, otra metida de pato y pata: ay, mis hijos, o como se diga).

Así Las Casas (muletilla histórico-indigenista cortesía de González de Alba), los maestros de la Coordinadora sólo van a hablar con el Presidente. Oigan esto: “La Coordinadora no regresará a las aulas, a las escuelas, a las comunidades, en tanto no tengamos presente al Presidente del país, que se encuentra afuera reunido con los ricos (…) no dejaremos las calles hasta ver atendidas nuestras demandas centrales”. Aiwey.

Peña Nieto sentado de un lado de la mesa y del otro Rubén Núñez, secretario general de la Sección 22. Frente a frente en un encuentro de titanes, un diálogo de altura. ¿Sabes qué, Peña? Me derogas esa ley y me haces una mejor, ¿entendido? Licenciado Núñez, apenas regreso de San Petersburgo, de reunirme con los ricos, sea usted más considerado, se me pasa el jet lag y me pongo a trabajar, ¿le parece? Pues no se tarde, Peña, porque con nosotros no hay su tía.

La ciudad se ha transformado con la llegada de los maestros. Un trascendido afirma que para darles un gusto a los mentores, el gobierno del DF planea cambiarle el nombre a la gran avenida que desde mañana se llamará Paseo de la Contrarreforma. ¿Cómo la ven? Como todo mundo sabe, el Ángel de la Independencia, Cuauhtémoc y Colón se ubican en la avenida Contrarreforma. Ojalá y Liópez no quiera hacer un plantón en Contrarreforma.

Al final del día (muletilla de poca monta), los maestros siempre sí se sentaron a negociar. La pregunta con la cual Gil se devana los sesos es qué negocian pues una vez aprobada la ley, sólo falta la promulgación y hasta la vista baby, si quieren quedarse a vivir en el Zócalo ya será costal de otra harina.

Por su parte, Gamés seguirá linchando a los maestros que sufren los pobres horrores sometiendo a la ciudad al caos. En realidad, para evitar el linchamiento, Gamés propone que se les compren las plazas de maestros que ellos compraron antes y luego se les devuelvan a perpetuidad. Además, y para ponernos a mano, va esta modesta propuesta: que el sindicato comisione a todos los maestros a vivir en el DF. Y ya entrados en gastos hay que regalarles el Zócalo. Bueno, en comodato, y que ellos cobren la entrada a 10 pesitos. Así Las Casas, Gil pasa a retirarse, lo espera el mullido sillón.

Una sentencia anónima espetó dentro del ático: “Un día un hombre le preguntó la hora a Chuck Norris. Minutos más tarde murió”.

Gil s’en va

gil.games@3.80.3.65

Twitter: @GilGamesX