El informe y las molestias

El informe y las molestias
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Está claro que las relaciones entre el gobierno mexicano y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, no son buenas. Todos los informes que ha presentado la comisión sobre el país han tenido como constante la molestia del gobierno.

El reporte ofrecido esta semana por la CIDH no es el primero, ya van varios y en todos el tono ha sido similar. Recordemos el más reciente presentado por Juan Méndez y lo que provocó en el gobierno y sus voceros. El informe no era en esencia distinto del que se dio a conocer esta semana.

Las conclusiones, antes y ahora, son las mismas: México vive una crisis en materia de derechos humanos. Toda la molestia que provoca el informe debería pasar antes por una mirada autocrítica de lo que ocurre en el país.

Deberíamos vernos a nosotros mismos con menos enfado y más realismo y considerar cuál es el estado de los derechos humanos en la república.

Coloquemos en el centro, reconociendo que no es caso único, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. A partir del hecho y con base en las primeras hipótesis de lo que presumiblemente pudo suceder, el gobierno y un grupo de ciudadanos se dieron a la tarea de buscar a los normalistas; no los hallaron, con lo que sí dieron fue con una cantidad grosera de fosas clandestinas.

No fue el único caso. Derivado de lo que pasaba en Guerrero, en otros estados se fueron encontrando fosas clandestinas por parte de ciudadanos en su desesperación por la desaparición de familiares y amigos. Buscaron hasta por debajo de las piedras y en algunos casos les vinieron a aparecer en fosas clandestinas.

El informe sin duda debe tener subjetividades e imprecisiones. Lo que sería reprobable desde cualquier punto de vista es que detrás del mismo estuviera la manipulación política. Usar el informe para beneficios personales sería repudiable por donde se le vea.

Si la CIDH lo estuviera haciendo perdería su esencia, credibilidad y calidad moral. Estaría penosamente olvidando a las víctimas, a sus familiares, a sus amigos y a la sociedad mexicana.

Más que ver el informe como una afrenta habría que revisar su contenido, el cual por cierto es realmente extenso. Van preguntas que nos deben servir para revisar con objetividad el nuevo informe de la CIDH, partiendo de que no somos de la idea de que es

la panacea:

¿Usted cree que en derechos humanos el país está en crisis o no? ¿Usted cree que en México se respetan los derechos humanos? ¿Cree que en las cárceles se respete la vida de los reos como parte del mandato constitucional? ¿Se respeta a los indígenas y no se les discrimina? ¿A las mujeres se les respeta y no se les discrimina? ¿Se puede hablar de derechos humanos con 50 millones de pobres? ¿Tienen oportunidades los jóvenes, tienen futuro, les canalizamos y respetamos sus sueños?

Hay muchas preguntas más que nos deberían servir para ver desde otra óptica el informe. No lo veamos como una especie de acusación, veámoslo como un diagnóstico que vale la pena revisar.

El gobierno sabe que es parte central del problema, pero también sabe que cuando llegó el problema ya estaba entre nosotros. Esto lo obliga pero al mismo tiempo le da margen de maniobra que hasta ahora no ha aprovechado.

* Agradezco a Ernesto López Portillo Vargas la conversación que dio origen a este artículo. Muchas de las ideas en el mismo son de él.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer: Sí se pueden hacer las cosas aunque hay resistencias, se ha organizado y ahorrado como se prometió. Manlio Fabio hablaba de unidad y ni siquiera se dio cuenta de que los priistas se estaban dando de sillazos a sus espaldas, creo que el distraído más bien es él. Estamos a punto de tomar las primeras decisiones legales sobre la gestión de Rodrigo Medina. Jorge Castañeda es mi amigo, pero mejor que siga escribiendo libros, no creo que juntar firmas sea para él: Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, gobernador de NL.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano