El Partido Republicano, herido de muerte

El Partido Republicano, herido de muerte
Por:
  • juanpablol-columnista

La posibilidad cada vez mayor de que exista una Convención Nacional Republicana abierta ha dividido al partido y lo ha colocado en una disyuntiva, en la que hay miembros que están dispuestos a quemar al organismo político ante la necesidad de que renazca de las cenizas, tras lo sucedido con el liderazgo irrenunciable de Donald Trump en las primarias republicanas.

Los líderes conservadores tradicionales, que tienen visiones de comercio, migración…, diferentes a los que propone la plataforma proteccionista y nacionalista de Trump, ha generado la ruptura de la agrupación a nivel público a través de los medios de comunicación. Personajes como Lindsey Graham o Paul Ryan han expresado su descontento con la candidatura del empresario; rechazan tajantemente su apoyo a una eventual representación de su persona a través del partido.

La maquinaria del Grand Old Party dirigida por el establishment falló en contener el avance de lo que hoy se convertido en una amenaza a la existencia del Partido Republicano como lo conocemos. El liderazgo de los republicanos en la Cámara de Representantes y en el Senado corre peligro de ser secuestrado, al igual que lo ha sido la plataforma partidista. El partido de figuras históricas como Abraham Lincoln y Ronald Reagan se ha convertido en una masa diversa de nuevos votantes que han provocado una crisis de identidad entre sus miembros.

Las posturas radicales de la campaña Trump han traído la polarización entre grupos que están en contra del libre comercio, las minorías, la migración y una identidad “americana” que no concuerdan con la visión tradicional que sí tiene el Partido Republicano como ideología fundacional. La habilidad de Trump de conectar con el grupo de votantes blancos y de clase media, un sector demográfico muy valioso, el cual ha declinado en gran parte de los sectores independientes y otras partes del Partido Demócrata, representan una posición novedosa por el ánimo para involucrarse con el candidato y su movimiento.

Mitch McConell, John McCain y otros insisten en la posibilidad, en caso de que Trump no llegue con la mayoría de los delegados necesarios para lograr su nominación (sin importar su imagen de líder), de romper la Convención y nominar como candidato a alguien más en línea con la cúpula partidista como podría ser Mitt Romney u otros nombres que suenan. La idea es evitar a toda costa con las estrategias en la mano, la llegada de Trump a la nominación. Cueste lo que cueste, así sea la autodestrucción del Partido para volver a empezar después de una de las campañas menos convencionales en la historia electoral estadounidense.

Suceda lo que suceda, las consecuencias de la candidatura o rechazo a Donald Trump serán fatales para el partido. De una forma u otra, la cara demográfica así como el daño permanente de alienar a ciertos grupos valiosos en el contexto electoral (hispanos, millenials, universitarios) cambió para siempre. Trump y la negligencia de tantos años apenas comienza a cobrar facturas.

juanpadeleo@me.com

Twitter: @juanpadeleo