El reto de las relaciones exteriores de México

El reto de las relaciones exteriores de México
Por:
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Angélica Araujo Lara

El incremento del interés del público en las cuestiones propias de la política exterior, antaño reservadas a los más altos círculos del poder en los diferentes Estados, es a la vez una función directa del impacto de la revolución en los medios de comunicación, hoy en día capaces de hacer circular las noticias de un extremo al otro del mundo en cuestión de segundos, a la vez que del peso específico que cada Estado tiene sobre el escenario internacional.

En este sentido, como país emergente en el contexto actual de las potencias medias, México se ha convertido en foco de atención para especialistas en relaciones internacionales de las más diversas latitudes del planeta.

El nuevo activismo de la política exterior de México es, por lo menos también en parte, reflejo de una conciencia creciente del sector de la intelectualidad nacional, favorable al cambio  en el país, sobre el significado de los procesos de globalización económica a nivel mundial para México, y de los enormes retos y oportunidades que la actual coyuntura representa para los mexicanos a partir de las reformas estructurales.

En este sentido, nuestro secretario de Relaciones Exteriores ha generado un impulso muy importante, a partir de sus convicciones respecto a las necesidades del cambio en las estrategias del país, para vincularse con el exterior.

En el marco de la XXVI Reunión Anual de Embajadores y Cónsules de México, el secretario José Antonio Meade realizó un balance de lo alcanzado por México en política exterior, especialmente en temas relacionados con desarme, con el combate al acoso escolar, con los aportes técnicos y financieros de México en las negociaciones sobre cambio climático, y con los aspectos dedicados a las políticas de inclusión como eje rector de las metas del desarrollo.

No cabe duda que este gran esfuerzo de la Cancillería ha permitido posicionar a México de forma adecuada a nivel internacional.

La tarea, sin embargo, no está exenta de dificultades. Sabido es que a pesar de su riqueza cultural, nuestro país ha tenido muy mala imagen en el extranjero en términos de la pobreza y la injusticia social que afectan a grandes capas de la sociedad, lo cual a su vez ha propiciado el clima para el incremento de las actividades delictivas (robos, secuestros, narcotráfico) y la amenaza creciente a la gobernabilidad en algunas zonas muy identificadas del país.

El canciller tiene hoy día plena conciencia de que, por mucha riqueza cultural que se posea, no se van a poder atraer ni capitales ni turistas mientras no se resuelvan, por lo menos parcialmente, estos lastres que afectan a la sociedad mexicana.

Al mismo tiempo, también se tiene conciencia de que el apoyo que se pueda obtener del exterior es muy importante para superar esos escollos: con la naturaleza compleja de esta problemática en mente, la Cancillería mexicana se esfuerza por incrementar el interés del exterior hacia México. Y para ello ha diseñado una estrategia de vinculación con otras secretarías de Estado, en donde resalta la vinculación con la Secretaría de Turismo.

Hoy nuestro país reconoce la importancia de los foros internacionales como espacios abiertos a la negociación internacional, la cual, a su vez, constituye el instrumento más importante en el proceso de construcción de un nuevo orden internacional más justo y equilibrado para todos los integrantes de la sociedad internacional contemporánea.

Ahora bien, tal como señalaron los distintos secretarios mexicanos y el secretario general de la OCDE, que participaron en la XXVI Reunión Anual de Embajadores y Cónsules  de México, realizada hace unos días, “las reformas estructurales tienen lugar en un periodo en que México enfrenta adversidades externas, como la caída del petróleo. Sin embargo, se necesita un fuerte compromiso político y la implementación total de las reformas para poder gozar de los beneficios de una recuperación sostenida”.

El canciller José Antonio Meade tiene una ardua tarea a realizar en los próximos años, desarrollando los programas y políticas indispensables frente a las nuevas demandas, y dando continuidad al liderazgo efectivo que en materia internacional ha logrado para México.

El reto del servicio exterior, con el canciller a la cabeza, es seguir difundiendo en el exterior un México moderno, con mayor desarrollo económico y social, en beneficio de la mayoría de los mexicanos.

*Senadora de la República por el estado de Yucatán