Emilio y las otras 23 mil batallas

Emilio y las otras 23 mil batallas
Por:
  • monica-garza

En febrero de este año, en este mismo espacio, les platiqué de Emilio, un joven de 17 años que corría una carrera contra el tiempo, no sólo para darle batalla a la leucemia que padecía, sino también al derecho de permanecer en el hospital Infantil de México Federico Gómez.

Emilio necesitaba curarse y terminar —por agresivo que fuera— el tratamiento que representaba su esperanza de vida, antes de llegar a los 18 años, porque de otro modo, su madre, que estaba pagando la enfermedad de prestado, tendría que empezar de cero nuevos trámites para ingresar a su hijo en un hospital para adultos.

El tratamiento no sólo resultó demoledor para el cuerpo del joven, sino económicamente angustiante para su familia, que como tantas en México enfrentan un cáncer que les representa un gasto entre 11 mil y 17 mil pesos mensuales, ganando apenas tres salarios mínimos.

Así pasaron para Emilio ocho largos meses, entrando y saliendo del hospital por la sala de urgencias, entre altas que nunca pudieron ser definitivas y tratamientos oncológicos que nunca tuvieron palabra de honor.

Emilio perdería la batalla contra el cáncer y contra el tiempo de las instituciones, y una vez más volvería a ocupar los renglones de esta columna, esta vez para decir adiós.

Falleció el sábado pasado, luego de enfrentar una quimioterapia triple —que pocos cuerpos toleran— y una presunta perforación en el intestino que estuvo en “debate” entre los médicos mientras el joven se iba muriendo, entubado, en el letargo de la morfina…

Y es que al cáncer le gusta jugar con las emociones, con las estadísticas y suele ser traicionero. Apenas dos días antes de su muerte Emilio registró una mejoría contundente: el tubo le fue retirado de la garganta y salió de terapia intensiva.

Al día siguiente su madre se dio licencia para descansar cuando el destino parecía darle permiso y el joven se quedó al cuidado de Luis, su hermano mayor, quien haría la guardia nocturna.

Luis cuenta que apenas comenzaba a conciliar el sueño con las respiraciones atropelladas de su hermano como música de acompañamiento, cuando de pronto comenzó la danza blanca de médicos y enfermeras que poco tardaron en regresar el tubo al interior del cuerpo de Emilio.

La enfermera que monitoreaba sus signos vitales de repente activó la alarma que trajo a la habitación a una tropa de médicos que empezó el ritual de las reanimaciones, inyecciones y descargas eléctricas.

Luis sólo se quedó mirando cómo sacaban de la habitación la cama con el cuerpo de su hermano y, como si fuera entre sueños, esa misma enfermera que monitoreaba los signos vitales le anunció el desenlace con una frase:

“Llámale a tu mamá”…

Emilio murió de mañana, de un paro cardiaco, a dos días de cumplir sus 18 años. Así se cerró un capitulo más de los casi 6 mil casos nuevos de cáncer en menores de edad en nuestro país.

El Centro Médico Nacional Siglo XXI señala que las leucemias ocupan casi 50 por ciento de todos los cánceres pediátricos en México y la sobrevida de estos padecimientos se estima en el 56 por ciento del diagnóstico.

Desafortunadamente a Emilio le tocó nutrir el número rojo del otro 54 por ciento, que sigue siendo demasiado alto.

[caption id="attachment_649615" align="aligncenter" width="696"] Un menor juega en el Hospital del Niño de Toluca, el 31 de mayo pasado. Foto: Archivo Cuartoscuro[/caption]

De acuerdo con el Sistema Estadístico Epidemiológico de las Defunciones, en la última década en México han muerto anualmente alrededor de 2 mil 150 niños víctimas de cáncer, que en su cuerpo suele ser inclementemente agresivo.

A Emilio lo despidió su familia en su casa, donde minutos antes de partir a su cremación le cantaron “Las Mañanitas” porque el lunes habría cumplido los temidos 18 años.

Pero su festejo tampoco fue cancelado. El día del cumpleaños de Emilio se prepararon en su casa los tacos al pastor y pastel de chocolate que él había pedido para su celebración, y “Las Mañanitas” volvieron a escucharse.

Emilio perdió una de las 23 mil batallas de niños mexicanos que anualmente luchan contra algún tipo de cáncer y que nos recuerdan la responsabilidad inmensa que tenemos como país.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer señala que son los entornos de bajos recursos en los que la proporción de cáncer infantil puede ser cinco veces mayor. Y en México no estamos en jauja…

@monicagarzag