EPN, demasiadas expectativas

EPN, demasiadas expectativas
Por:
  • larazon

Elisa Alanís.

El cerco a San Lázaro y las reacciones que provocó hablan del arranque del sexenio. La valla y la vara son altísimas.

Lo cierto es que el Estado Mayor Presidencial no actuó distinto a lo establecido para los actos similares de los últimos años. En todo caso, hubo demasiada anticipación, lo que causó mayores perjuicios e irritó a la población.

En el 2006 no era menor la cerca que fue creciendo entre el Presidente y sus interlocutores.

La diferencia es que hoy las expectativas son más altas que el muro de metal que rodea a nuestro Congreso de la Unión.

Si en temas como la inseguridad Enrique Peña Nieto no logra resultados inmediatos, si las desapariciones y las ejecuciones no disminuyen, habrá perdido también la ya derrotada guerra de Calderón.

El nuevo gobierno tendrá que medirse los primeros meses con los errores del sexenio que concluye este fin de semana. Es la tiranía de las cifras, pero también la realidad implacable.

Por lo menos para la mitad de la población que vive en pobreza y las más de 100 mil familias de asesinados el margen de tolerancia ha sido agotado en el sexenio panista.

Los golpes espectaculares de antaño de poco servirán ahora. La presentación mediática de capos ya no significará lo mismo.

La opacidad, la impunidad y la violencia que ha vivido el país también han forjado una sociedad más informada, activa y exigente.

Las malas decisiones de la administración entrante, o simplemente la falta de acción, serán magnificadas; tendrán que implementar cambios profundos de inmediato.

En lugar de cercas, siempre serán preferibles ladrillos y andamios de una nueva construcción política y social. El llamado “Pacto por México” que negocian los tres grandes partidos parece ir en esa dirección.

Incluye el compromiso de aprobar al menos 68 reformas, como: combate a monopolios, licitación de más cadenas de televisión abierta, creación de tribunales especializados en materia de competencia económica, participación privada en Pemex, topes de campaña como causal de nulidad y toma de protesta del Presidente al 15 de septiembre.

La inseguridad seguirá siendo el tema complejo, de difícil solución, pero la generación de confianza a partir de acuerdos puede facilitar los procesos de estabilización.

Los peñistas no deben esperar el próximo sábado una toma de protesta tersa. Eso no sucede ni en las mejores democracias y sí en las dictaduras perfectas.

Además, los grupos que viven y se legitiman de la protesta contarán con sus quince minutos de fama en medio de la prensa nacional e internacional.

El PRI debe preocuparse y ocuparse de los primeros minutos de gobierno.

Porque no le pasarán un solo error. Las expectativas son demasiadas.

elisa.alanis@3.80.3.65

Twitter: @elisaalanis