Hacia una arquitectura moderna

Hacia una arquitectura moderna
Por:
  • Gabriel-Merigo

“Cuanto más atrás puedas

mirar, más adelante verás”

Winston Churchill

 

Hace algunas semanas se llevó a cabo la presentación del libro El Edificio del Departamento de Salubridad, Historia, Conservación y Restauración. En esta publicación describimos los diversos trabajos que realizamos en los últimos diez años, en la rehabilitación del valioso monumento artístico, construido en 1929 y ahora sede de la Secretaría de Salud.

La ceremonia que tuvo lugar en el propio inmueble, estuvo presidida por importantes personajes con los que tuve el privilegio de compartir la mesa de honor. Desde luego estuvo nuestro anfitrión, el Dr. José Narro Robles, secretario de Salud, la Dra. Lidia Camacho Camacho, brillante directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, el Mtro. Marcos Mazari Hiriart, destacado director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM y el Ing. Alfredo Rimoch Lewinberg, Presidente del Consejo Farmacéutico Mexicano, reconocido filántropo y promotor de la cultura a quien debemos la iniciativa de esta obra, que como el mismo afirma, “deja constancia, a través de la arquitectura, del paralelismo histórico entre la institución de salud y la industria farmacéutica, ya que ambas han logrado prevalecer y transformarse a través del tiempo en beneficio de la sociedad.”

En las varias intervenciones de los ponentes se mencionó al autor de esta magnífica obra, Carlos Obregón Santacilia, personaje que destacó en el medio de la arquitectura en la primera mitad del siglo XX. Desde muy joven se enfrascó en la búsqueda de una arquitectura nacional y moderna en contra de su propia formación academicista y del afrancesamiento producto de las fórmulas compositivas rígidas y estereotipadas que se enseñaban en la Academia de San Carlos. Su propia obra refleja una transición desde el academicismo hasta los innovadores planteamientos nacionalistas, como el neocolonial, y hasta sus primeras experimentaciones en la arquitectura moderna de la que fue pionero con el edificio de la Secretaría de Salud.

De entre sus proyectos más significativos tenemos el Centro Escolar Benito Juárez, el Monumento a la Revolución, los hoteles Reforma y Del Prado y, desde luego, su obra cumbre: el edificio del Departamento de Salubridad en cuya inauguración el 20 de noviembre de 1929, el titular de la dependencia, doctor Aquilino Villanueva pronunció entre otras las siguientes palabras: ”La inauguración de este edificio de líneas severas y armoniosas, donde el talento del arquitecto y la mano de nuestros artistas lograron crear obra de belleza, encierra un pensamiento más alto y un designio más noble que el de dotar a la Administración Pública de un nuevo palacio. Y ese pensamiento reclama ser conocido de la nación para que, mirándolo como una conquista suya, secunde con cariño la obra que se realiza silenciosamente dentro de estos muros.”