Helicópteros

Helicópteros
Por:
  • larazon

Bibiana Belsasso

No se sabe si es mala suerte o una simple conjunción de casualidades, pero ningún otro país de desarrollo medio en adelante ha tenido tantos accidentes en helicópteros (y también en aviones privados) como México en los últimos años.

Pero las casualidades van mucho más allá, porque esas naves transportaban personalidades políticas o empresarios con gran cercanía con el propio poder. Una de dos: la flota de helicópteros y vuelos privados en México se mueve con enorme discrecionalidad y sin cumplir los requisitos de seguridad o mantenimiento indispensables, incluyendo la preparación de los pilotos, o las casualidades y la mala suerte se han ensañado con nuestros vuelos, a veces con coincidencias tan desafortunadas como sospechosas.

En los últimos años debemos recordar el accidente que le costó la vida al entonces secretario de seguridad pública del gobierno de Vicente Fox, Ramón Martín Huerta, junto con buena parte de su equipo de la SSP en el 2005. El 4 de noviembre de 2008, cuando volvía a la Ciudad de México después de una gira por San Luis Potosí, el avión de Juan Camilo Mouriño, amigo cercanísimo de Felipe Calderón (como Martín Huerta de Fox) se estrelló en la Ciudad de México. Junto con Mouriño, viajaba José Luis Santiago Vasconcelos, quien durante años fue el principal encargado de la lucha contra el narcotráfico en la PGR.

El entonces gobernador de Colima, Gustavo Alberto Vázquez Montes y seis personas más, murieron al caer el avión en el que viajaban el 25 de febrero del 2005, un año después de asumir la gubernatura del estado. Tras una nueva elección, resultó ganador, Silverio Cavazos, al abandonar el gobierno.

Los diputados federales Guillermo Zavaleta Rojas y Juan Huerta Montero fallecieron en septiembre de 2010 cuando se desplomó su avioneta en Huatulco, en Oaxaca. Seis funcionarios estatales fallecieron en el accidente, que fue investigado como un homicidio.

Varios miembros del equipo de campaña del ahora gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, murieron al estrellarse la avioneta en que viajaban, poco antes de las elecciones en el estado el 14 de junio de 2010. Entre los fallecidos estaba Fernando Marchan, jefe de seguridad.

El año pasado falleció, en otro accidente de helicóptero, el secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, junto con gran parte de su equipo de colaboradores. Poco después, también al desplomarse su helicóptero, un moderno Augusta, falleció el empresario Moisés Saba. Apenas la semana pasada, regresando de un encuentro con el virtual presidente electo, Enrique Peña Nieto, también en un moderno Augusta, murió el empresario y cercanísimo amigo de Peña, Juan Armando Hinojosa, quien hasta el año pasado había sido yerno del ex gobernador de Veracruz Fidel Herrera. Y apenas el sábado se informó que el gobernador Javier Duarte, sucesor de Fidel, había tenido un aterrizaje de emergencia por fallas en el helicóptero oficial. Y la lista dista mucho de ser exhaustiva.

Ninguna democracia del mundo ha tenido tantos funcionarios y personajes de primer nivel accidentados en vuelos privados. Nunca ha habido tantas casualidades. ¿O no son casualidades?

bibibelsasso@hotmail.com

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