Horror y esperanza, de Alfredo Corchado

Horror y esperanza, de Alfredo Corchado
Por:
  • larazon

Salvador Camarena

Es un libro escrito desde el coraje, casi como una revancha; desde el horror por sentirse inerme ante el poderío de los malos y de sus cómplices en altos puestos del poder, y al mismo tiempo es un volumen lleno de amor por la tierra que sus mayores le prometieron. Medianoche en México. El descenso de un periodista a las tinieblas de un país en guerra, de Alfredo Corchado, es un texto singular de cuantos se publican sobre la actualidad nacional.

El de Corchado no es un libro sobre el narcotráfico a pesar de que mapea los distintos territorios y las características de los grupos criminales; no lo es a pesar de que reescribe sus reportajes sobre Los Zetas, sobre la caída de Juárez y la pudrición de Tamaulipas, a pesar de que detalla las sospechas sobre el involucramiento de algunos funcionarios; y no lo es incluso si en varios momentos habla sobre por qué tuvo que salir del país cuando se sintió amenazado por los narcos y/o el gobierno.

“Soy hijo de un bracero de Durango”, así se presenta Corchado. Esa frase implica una valentía poco usual en el México donde una parte de la sociedad quiso negar nuestra pobreza, nuestra diáspora en Estados Unidos, nuestros indios, y prefirió aferrarse a la idea de que con el TLC podía asumirse como actor global, ilusión reventada en 1994 por el movimiento zapatista y desde entonces por sucesivos escándalos de corrupción, impunidad en casos como el sector Reforma de Guadalajara, matanzas contra campesinos, ajusticiamientos sin freno de activistas, saqueo de gobernadores, desastres ambientales cuyas consecuencias nadie paga… y eso sin mencionar la palabra narco y sus fatales consecuencias en los últimos años.

Con el libro de Corchado nos reconocemos en nuestra discriminación a los morenos, a los más pobres, en las mentiras que nos contamos sobre lo bien que vamos solo porque acaso a nosotros no nos vaya tan mal. Nos reconocemos incluso en la imposibilidad de vivir aquí sin, tarde o temprano, caer en la corrupción de la mordida.

El lector encontrará interesantes e intensos los pasajes sobre el miedo y la angustia que sufrió Corchado cuando sus fuentes le indicaron que su cabeza tenía precio. Pero en mi opinión más valiosas aún resultan las abundantes páginas sobre su natal Durango, sobre su padre, bracero que no espalda mojada, en el Valle de San Joaquín; los capítulos sobre Ciudad Juárez y los que hablan de sus vivencias en El Paso, su tierra de adopción. La epopeya de su familia es entrañable. El libro además supone un reencuentro, a través de la visión del periodista del Dallas Morning News, con lo más entrañable de algunos barrios demasiados vistos de la ciudad de México.

La periodista Marcela Turati lleva años promoviendo con insistencia la idea de que hoy en el oficio de informar no basta con dar la noticia, no basta con la denuncia, sino que “hay que hacer historias que abran ventanas de esperanza. Si no, las noticias sólo aportan horror y provocan inmovilidad”.

Con Medianoche en México (editorial Debate) Alfredo Corchado logra ambas cosas: horrorizarnos sin que perdamos la esperanza.

salvador.camarena@razon.mx

Twitter: @salcamarena