La herencia de Joel Ortega

La herencia de Joel Ortega
Por:
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Manuel López San Martín

De todos los cambios anunciados hace un par de semanas por el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, el más urgente y necesario era la destitución de Joel Ortega como director del STC Metro.

No sólo por el vergonzoso paso que tuvo al frente de la red de transporte más grande de América Latina, sino porque su salida fue la demostración más contundente de que el mensaje del propio Mancera, de cara al segundo tiempo de su administración, se acompañaría de acciones, no sólo de palabras.

“El gobierno de la Ciudad de México escucha y ha escuchado el mensaje de los ciudadanos”, dijo el Jefe de Gobierno, al anunciar los cambios en su equipo.

Ortega le costó a Mancera popularidad, le generó un desgaste innecesario y lo colocó en una posición incómoda, no sólo en lo político, sino en lo social. A cambio, no le dio nada, excepto problemas y fuegos que apagar.

El exdirector del Metro usó su posición para sus vendettas personales. Con Marcelo Ebrard quiso cobrar viejas facturas —nunca le perdonó que lo destituyera como secretario de Seguridad Pública tras la tragedia en News Divine, de la que fue responsable y donde murieron 12 personas—; con Fernando Espino, líder del sindicato del STC, chocó desde el día uno y mantuvo el enfrentamiento constante; y ni qué decir de sus pleitos con medios y periodistas. En este espacio coleccionamos sus cartas “aclaratorias” que se volvieron reflejo de su intolerancia y su falta de contacto con la realidad.

Con sus guerritas, los afectados no fueron sus enemigos políticos, sino millones de usuarios que sufrieron la peor etapa del Metro, la de mayor crisis en 45 años. Pero no sólo fueron los enfrentamientos que protagonizó. Esos quedarán para el anecdotario. Lo delicado fue que éstos se dieron en medio del aumento al precio del boleto y de un rosario de fallas que dejaron decenas de heridos. Peor todavía: Ortega se volvió experto en esquivar las crisis que le estallaban en el cargo y le endilgaba el costo de ellas a su jefe, y hasta al partido en el gobierno, el PRD.

En la edición 06 de la revista La Capital, que comienza a circular el próximo lunes, se demuestra, por ejemplo, cómo en la pasada elección, la ciudadanía castigó al sol azteca: quienes viven en calles aledañas a estaciones cerradas de la Línea 12 del Metro votaron por Morena. De las 23 secciones electorales que se ubican alrededor de las 11 estaciones afectadas —de Culhuacán a Tláhuac— sólo en cinco ganó el PRD, en 18 el triunfo fue para el partido de AMLO. Ese también es parte del legado del exdirector del Metro.

Hoy, el sistema de transporte representa, quizá, la brecha más clara entre la ciudad de avanzada que aspira a ser el DF y la realidad. Es sólo una alternativa para quienes no tienen de otra. Las grandes ciudades, tienen un sistema de transporte colectivo que es útil para los ciudadanos de los diferentes niveles socioeconómicos, no sólo para quienes no tienen más opciones. Ése es el reto del nuevo director del Metro, Jorge Gaviño, pues el STC que le heredaron no sólo es deficiente y falto de calidad, también es peligroso para los usuarios.

Dos cosas tiene a su favor: buena relación con el sindicato —cuyo líder, Fernando Espino, era su par del PRI en la ALDF— y conocer el desastre de la Línea 12, pues presidió la Comisión investigadora desde la Asamblea. Lo que no tiene es tiempo. Se necesitan acciones urgentes y que la mejora—tras el incremento al precio del boleto— ahora sí se note.

  Off the record. No, no ha sido una sino dos las comidas que el expresidente del PRI-DF, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, y el exdelegado en Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, han sostenido. El segundo las buscó. Fue a pedir perdón y a tratar de negociar la coordinación del PRI en la ALDF, pues Gutiérrez de la Torre controla al grupo más numeroso de priistas en la próxima legislatura. Hasta ahora el único acuerdo es que, de prosperar la impugnación priista por el reparto de plurinominales, será Israel Betanzos el coordinador... A propósito del PRI-DF, sí hay una carta del dirigente nacional del tricolor, César Camacho, y no es Rubalcava, sino Encarnación Alfaro, quien ocupó el primer lugar en la lista plurinominal para la Asamblea. Si las cosas siguen siendo verticales entre los priistas, a él es a quien no hay que perder de vista…

  En boca cerrada. “No le tengamos miedo al debate” . A ver si el próximo coordinador de Morena en la ALDF, César Cravioto empieza predicando con el ejemplo, porque su partido es el que ha rehuido al debate y va directo a la descalificación. A menos, claro, que para ellos debatir signifique sólo estridencia y levantar la voz.

Twitter: @MLopezSanMartin