La izquierda autoritaria después de Obama

La izquierda autoritaria después de Obama
Por:
  • rafaelr-columnista

Habría que retener algunas escenas de estos días, en la política latinoamericana, para el momento en que se desaten las inevitables tensiones entre Estados Unidos y América Latina, bajo la presidencia de Donald Trump.

Muchos mandatarios de la región, de una u otra izquierda, de centro o derecha, felicitaron al presidente electo la semana pasada. Pero la mayoría lo hizo a través de sus cuentas de twitter o en declaraciones a medios nacionales y extranjeros.

Incluso aquellos que, como Rafael Correa y Evo Morales, arguyeron diferencias con Trump, saludaron diplomáticamente su triunfo. Correa elogió a Hillary Clinton y recordó con gratitud sus años como estudiante en Estados Unidos, durante la administración de su esposo, pero invitó a Trump a mantener puentes abiertos con los gobiernos latinoamericanos. Morales fue más tajante: dijo que con cualquiera de los dos a América Latina le iría mal y que Bolivia estaba mejor sin embajador.

Un punto del mensaje de Correa merece mayor atención. El presidente ecuatoriano suscribió la tesis, expuesta entre otros por Ignacio Ramonet, de que el triunfo de Trump, como el del Brexit, confirma el fracaso de la globalización. En otro momento, Correa presentó la elección de Trump como una rebelión electoral del pueblo contra una élite corrupta. Tan sólo el papel del Partido Republicano o que Hillary ganara el voto popular refuta esa interpretación.

Otro líder de la izquierda neopopulista no pudo evitar la sintonía con Trump cuando afirmó que “lo maravilloso de esta elección es que el pueblo de Estados Unidos votó de acuerdo a lo que está sintiendo económicamente”. Y agregó este sintomático paralelo: “Fíjense que a nosotros se nos acusaba de proteccionistas…, y en el país y en la economía más importante del mundo, acaba de ganar alguien que hace del proteccionismo, de sus trabajadores, de sus empresas y de su mercado interno, una bandera”.

Decíamos que la mayoría de los presidentes latinoamericanos felicitó a Trump a través de los medios de comunicación o las redes sociales. Muy pocos lo hicieron de manera directa: Enrique Peña Nieto, Mauricio Macri y, significativamente, Raúl Castro y Daniel Ortega. A diferencia de la mayoría de los medios de comunicación latinoamericanos, que durante la campaña cuestionaron a Trump, la prensa oficial cubana fue más dura con Barack Obama y Hillary Clinton, a quienes acusó de querer derrocar al Gobierno de la isla con métodos suaves.

No habría que olvidar que Castro y Ortega son aliados leales de Vladimir Putin y que éste es, luego de Theresa May y Boris Johnson, uno de los líderes globales que mayor entusiasmo ha mostrado con la elección de Trump. El futuro de la izquierda autoritaria y neopopulista, en América Latina, parece garantizado, ya sea porque Trump ofrezca “mejores negocios” bilaterales o porque regrese a la política confrontacional de los republicanos, que siempre ayuda a justificar la ausencia de democracia.

rafael.rojas@3.80.3.65