La reconciliación de Babel

La reconciliación de Babel
Por:
  • danielalonso-columnista

Después de pisar varias ciudades representativas del futbol como Bogotá, Madrid y Milán, por fin mis pies, bastante adoloridos, pero contentos, yacen en Moscú. La travesía no fue nada sencilla; entre el batallar con el idioma y los filtros de seguridad instalados en todo el país, esto es una auténtica locura, pero al final de la causa. El día más esperado ha llegado para los aficionados al balón; y hoy en punto de las 18.00 horas, dará inicio la vigésima primera edición del Campeonato Mundial de Futbol.

Para la afición mexicana esta inauguración es especial, ya que se confirmó durante la mañana de ayer en este lado del mundo, que México albergará por tercera vez partidos de un Mundial de futbol, en esta ocasión, junto a Canadá y Estados Unidos. A la espera de confirmarse el calendario final, en nuestro país se llevarán a cabo diez partidos de la máxima justa del futbol, en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Sabe a poco, pero poco es mejor que nada.

Hoy, Rusia será el país anfitrión y oficialmente dará la patada inicial; la tierra de Lenin, Trotski,  Isibanyeba, Tolstoi, que alguna vez fuera la Unión Soviética, la tierra que dividió al planeta y creó los dos ejes principales que marcaría el desarrollo social y el político económico, entre el socialismo y el capitalismo, un choque titánico entre Estados Unidos y la U.R.S.S.

Un mundo desconocido abre sus puertas a millones de visitantes para que todos sean testigos de que hace unas décadas, saber sobre Rusia era toda una tesis de Universidad.  Será un Mundial inolvidable; algunas bajas echaremos de menos como a Sané en Alemania o Zlatan por Suecia; combinados completos como el de Italia y Holanda también harán falta, pero sin duda selecciones como la de Brasil, Francia, Brasil y Argentina, le darán un color especial.

Moscú fue mi puerta de entrada al Mundial, y la capital de Rusia ya luce los colores de las diferentes camisetas, que verán acción en los próximos días. Tengo que destacar y darle reconocimiento especial al pueblo peruano, que regresa después de 36 años a la competencia, y que junto con las camisetas verdes del Tri, son las que deambulan por los aeropuertos de Europa, dirigiéndose a las sedes rusas con un ánimo excepcional.

Todos, absolutamente todos, batallan con el idioma; ni siquiera los cientos de jóvenes voluntarios que  intentan sagazmente apoyar a los visitantes, que no pueden distinguir un local de otro. Insuficiente es el idioma universal, el inglés, para poder desenvolverte con facilidad. Es necesario portar una pluma y un papel, para anotar los montos a pagar por diferentes motivos.

Dicen que Dios inventó las lenguas para confundir a los hombres y nunca pudieran acercarse a él; pero el hombre inventó el futbol para reconciliar todas las laceraciones que han existido entre nosotros, a causa de esta eterna confusión. Hoy, es turno de Rusia, un pueblo aislado, enigmático e históricamente trascendental en la historia de la humanidad, que tendrá el honor de albergar la reconciliación de 32 naciones, porque ésta es, la fiesta del Mundial.