La Secretaria de Gobierno

Rosa Icela Rodríguez Velázquez, será la tercera mujer en ocupar el cargo de Secretaria de Gobierno; la primera fue Rosario Robles, que concluyó el periodo de Cuauhtémoc Cárdenas como Jefa de Gobierno substituta, y la segunda fue Patricia Mercado, senadora electa bajo las siglas de Movimiento Ciudadano.

A la fecha, ningún titular de esa secretaría, la ha ocupado durante todo el período por el que fue electo el Jefe de Gobierno correspondiente. ¿Rosa Icela será la primera? ¿O igual que sus predecesores sólo estará un tramo del sexenio?. El tiempo nos dará la respuesta, todo dependerá de las circunstancias y de tres personas: ella, su jefa y el jefe de ambas.

Una rápida  lectura de la designación, es que es consistente con un gabinete conformado mayoritariamente por mujeres, por lo que la posición principal también debía ser encabezada por una de ellas.

Sin embargo, existen otros elementos a valorar como razones del nombramiento. En primer lugar, su cercanía con el presidente de la República electo, por lo que su designación  es el gozne en el que girará  la relación con el gobierno federal. Andrés Manuel premia la lealtad con cargos, conforme al antiguo canón de la política, que la  considera la virtud cardinal.

En segundo término, su conocimiento de los padrones de beneficiarios de los programas sociales, al menos dos entes públicos dan cuenta de ello, su paso por el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores, -nido del programa estelar de AMLO, la pensión universal de la tercera edad- y por la Secretaría de Desarrollo Social local, la gran base expansiva del apoyo trocado en voto.

Si existe un elemento distintivo de los gobiernos de la ciudad, emanados de la izquierda, es su esmerado trabajo en la formación de clientelas electorales con base en subsidios o apoyos gubernamentales. El conocimiento y manejo de los padrones, son substrato de la gobernanza conforme al evangelio del Grijalva que ha bañado al altiplano.

Tercero, la pertenencia a la casa. En 1997 fue Coordinadora General de Comunicación Social de la Asamblea Legislativa, en la primera con mayoría absoluta de la izquierda; la cual fue presidida por Martí  Batres. En el 2000, inició su carrera en la administración pública local, alcanzando la cima burocrática con la designación de hace unas semanas.

Creció en el gobierno a la par de acreditar su pertenencia al lopezobradorismo. Además,  ejemplifica la mutación del perredismo en Morena, con la clave que purifica a los conversos y que sostuvo a los fieles con Mancera: ¡es un honor, estar con Obrador!

Disciplinada, trabajadora, respetada en la clase política, muy apreciada en el morenismo, y por algunos  temida. Sus primeras declaraciones, sobre seguridad, responden a la demanda social  número 1, pero son  más propias de la titular de Seguridad Pública.

Esperemos que  sea Secretaria de Gobierno, y no titular de la jefatura política del gobierno federal en la capital.