Las consecuencias en números

Las consecuencias en números
Por:
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Mónica Garza

Comenzamos a despedir el año y los balances de lo bueno y malo ya están a la orden del día. En nuestro país el recuento de los daños pinta duro y largo.

Esta semana comenzaron a brillar con más fuerza las encuestas. Esas mediciones —tan esperadas por unos y tan temidas por otros— sobre las preferencias y las percepciones de los ciudadanos, que serán los potenciales votantes de las próximas elecciones a celebrarse en junio de 2015.

Luego de los hechos ocurridos en Iguala, los desaparecidos de Ayotzinapa, el descarrilamiento de la concesión del tren rápido a Querétaro y el escándalo de la Casa Blanca —sólo por mencionar los hechos más recientes ocurridos en cadena—, sin tardanza comenzaron a correr las apuestas sobre las consecuencias en la imagen del gobierno, los gobernantes, la Presidencia, el Presidente y por supuesto los partidos políticos.

Pero además de las especulaciones, empezaron las carreras por los pasillos de las oficinas de la política mexicana —en todos sus colores— que han citado con apuro a los más célebres encuestadores para encargar, conocer o interpretar los números de sus mediciones. El verdadero recuento de los daños.

Hace un par de semanas la casa encuestadora Parametría dio a conocer su evaluación del gobierno de Enrique Peña Nieto a dos años de gestión. En esta serie resultaron claramente como dos cosas independientes la imagen que la ciudadanía guarda de la Presidencia y la imagen del Presidente como individuo.

No hay que ser muy conocedor para entender que la encuesta de Parametría expone que la Presidencia como tal no está tan mal evaluada, mientras que la imagen del Presidente sí sufrió un descalabro y cuenta por ende con una opinión más crítica. Algo que Francisco Abundis, director de la casa encuestadora, asegura que en pasadas administraciones solía ser al revés.

“La gente podía saber que Vicente Fox o Felipe Calderón no tenían un buen gobierno, pero a ellos la gente los disculpaba como personas. La gente era más crítica con el gobierno”.

¿Usted aprueba o desaprueba la forma en la que el Presidente realiza su trabajo? Ésta es una pregunta universal con la que se ranquea a todos los presidentes en el mundo desde hace más de 50 años. En la encuesta que Parametría publicó a finales de noviembre, el resultado para Enrique Peña Nieto fue de un 44 por ciento que aprueba, contra un 52 por ciento que desaprueba.

El mismo estudio presenta un comparativo con otros 13 países en sus porcentajes de aprobación, en que el Presidente mexicano se encuentra exactamente por debajo del mandatario estadounidense Barak Obama (45 por ciento), y muy por encima de otros presidentes como François Hollande en Francia (13 por ciento), Dilma Rousseff en Brasil (39 por ciento) o Juan Manuel Santos de Colombia (40 por ciento). La verdad es que —ante los hechos— la pregunta tendría que ser ¿por qué el Presidente mexicano no está más abajo?

Para el director de Parametría la respuesta está en la interpretación y en las ganas de no ver los números, sino lo que se quisiera ver en ellos.

“Mi problema es más con la interpretación que le están dando los medios de comunicación. Creo que están tomando la versión más simplista del asunto donde dicen que Peña Nieto se está cayendo y eso, por lo menos en aprobación presidencial, no es cierto o no se corrobora por lo menos con tres series publicadas de las cuales yo tengo conocimiento”.

La empresa encuestadora reconoce que en su medición pueden existir otras variables más críticas y más delicadas, y seguramente se refiere a aquellas que apuntan directamente a la imagen del Presidente, que en el comparativo con los dos sexenios anteriores queda calificado por debajo.

También la realidad es que hoy existe una opinión pública mucho más crítica. Para efectos prácticos la Presidencia no ha cambiado tanto como la ciudadanía, que hoy está más informada, mucho más politizada, es más exigente y ya no se conforma con lo mismo.

En los próximos procesos electorales habrá que estar particularmente atentos, porque como dice el poema de Neruda, “nosotros los de antes ya no somos los mismos”. Por lo que en el mundo de las encuestas, la diversión apenas empieza.

monica.garza@razon.mx

Twitter: @monicagarzag