Libertad para Requesens; libertad para Venezuela

El mundo democrático ha vuelto a ver con azoro el cruce de un nuevo límite de brutalidad por parte del régimen tiránico de Nicolás Maduro. Hace exactamente un año, el SERBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), la policía política de Maduro, arrestó arbitrariamente a Leopoldo López y Antonio Ledezma. Ahora el episodio se vuelve a repetir contra Juan Requesens, un joven diputado nacional opositor al régimen.

Análisis. El episodio del 4 de agosto, con la explosión de dos (o tres) drones durante un desfile militar, sirvió de pretexto al régimen para ordenar la detención de líderes opositores, en este caso principalmente contra Julio Borges –excongresista– quien se encuentra asilado en Bogotá, y Juan Requesens, quien fue detenido ilegalmente, violando su inmunidad parlamentaria y sin el debido proceso, además de presuntamente haber sido torturado. Requesens y su hermana Rafaela fueron, pues, secuestrados y llevados a El Helicoide, una cárcel política. Rafaela fue liberada en días posteriores. La aplanadora estatal activó a los desacreditados Tribunal Supremo de Justicia, Fiscalía General y la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente para “legitimar” la ilegal detención y procesar el retiro de la inmunidad parlamentaria a Requesens.

El delirio complotista de Maduro no tiene límites: un día culpa a la oposición venezolana, en otro momento al expresidente colombiano Juan Manuel Santos, después a la célula antichavista de Florida, para luego aceptar de Trump (de quien ha dicho reiteradas veces que conspira para su destitución) la colaboración del FBI. Al rato, en la teoría del complot, va a decir que fueron todos juntos; u otros más.

Requesens en el ITAM. En un par de ocasiones en lo que va del año, el diputado Juan Requesens estuvo en ITAM, como parte de las giras internacionales de concientización sobre la crisis venezolana. La primera fue el 21 de febrero, en la que intercambió comentarios con el expresidente Felipe Calderón, y la otra recientemente, el 20 de junio. En ambos eventos tuve el gusto de ser su anfitrión. Me quedé con la mejor impresión de él. Nos expuso el entorno progresivo de descomposición que ha experimentado Venezuela desde la llegada del chavismo al poder, en el ya lejano año de 1999, y la infinitamente más patética versión que encarna Nicolás Maduro desde 2013. Habló de su participación como dirigente estudiantil durante el ciclo de protestas de 2014, de su labor como legislador y de las durísimas condiciones en que se ejerce la oposición en Venezuela en los últimos tiempos. Requesens es un joven con una cabeza muy bien ordenada y estructurada. Defiende sus argumentos, convicciones y agenda con pasión y vehemencia. Es un líder entre los millones de venezolanos que reprueban con justificadas razones el régimen predatorio de Maduro. En las condiciones en las que esté —la trinchera política, la tribuna parlamentaria o la infame reclusión— seguirá siendo ejemplo e inspiración: un referente de la lucha infatigable para algún día, esperemos no muy lejano, ver a Venezuela libre del cáncer del chavismo despótico.

Mi solidaridad para Juan, su familia y todo el movimiento opositor venezolano.