Los concesionarios de radio están combatiendo fuerte

Los concesionarios de radio están combatiendo fuerte
Por:
  • larazon

En otro momento histórico de la radiodifusión nacional hubiéramos pensado en que los concesionarios de las frecuencias de radio y televisión eran meros actores de réplica de las acciones gubernamentales, esto es, los años 70 y 80, cuando sí; el concesionario de radiodifusora prefería ser “anodino” —informativamente hablando—, antes que un agente de cuestionamiento a las acciones del Estado, en cualquiera de sus niveles.

Esta actitud de mordaza informativa, que no fue jamás vendetta, ni mucho menos represión informativa, se leía más bien como una acción para “alinearse” con el bienestar político y social; así, los concesionarios aparecían como difusores amigables del quehacer político del PRI.

Hoy en día, la historia de las empresas de radiodifusión, pese al reduccionismo facilista que aplican algunos analistas de medios de comunicación, minimizando al radiodifusor tan sólo como espejo del poder político mexicano, se ha podido constatar que los dueños de las empresas difusoras de radio y televisión se atreven, incluso mucho más que las emisoras públicas, estatales y universitarias, a explorar la diferencia en idiosincracia, en política editorial y también en acciones empresariales realizadas por los radiodifusores privados.

Toda esta reflexión nace de una serie de vivencias recientes vividas en mi ejercicio profesional, donde cabe muy bien destacar, que tanto la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, que encabeza actualmente Karen Sánchez Abbot, concesionaria de Grupo Siete Comunicaciones, como Mauricio Huesca Bustamante, presidente de la Industria del Valle de México, dan cuenta de una labor muy activa entre los jóvenes dueños de las emisoras de radio y televisión que si bien trabajan a la par en difusión de campañas sociales y médicas como son: la prevención de la influenza o el seguimiento del conflicto en la Luz y Fuerza del Centro, también han estado empujando, de forma enfática, ante la posibilidad de al fin modernizar la industria de la radiodifusión digital, con el traslado de las emisoras de AM a la FM, aun y cuando son los concesionarios quienes más se han visto afectados ante tanto control fiscal del Estado durante las elecciones federales y locales.

El XIX Festival de El Ángel de la Creatividad en la Radio, la 51 Semana de Radio y Televisión de la CIRT y la presentación del libro Mi vida son mis amigos, una historia de los noticiarios de México escrito por Teodoro Rentaría Arroyáve, son justo la muestra de cómo los concesionarios de la radio, quienes están ya tomando acciones de modernización de la industria de la radio, son los revisores, para bien o para mal, del quehacer político. Asunto muy alejado del prejuicio de algunos columnistas que ven al concesionario sólo en el tamiz de una mera conveniencia empresarial, olvidando que los concesionarios realizan mucha labor en aras del bien público y de ganar la audiencia, cosa que, créanme, ya no es fácil para la radio de onda media, ni aun cuando se lo proponga la emisora con publicidad pagada, concursos, regalos o cualquiera otra de estas monsergas. Los concesionarios de la tercera generación, los jóvenes dirigentes de la industria de la radio en México son dignos de respeto. Esto es cierto.

laventanciega@yahoo.com.mx

fdm