Los vigilantes

Los vigilantes
Por:
  • larazon

Gil Gamés

Gil vio con los ojos de plato el video de treinta minutos que puede verse en Reforma on-line sobre las autodefensas en Michoacán. El corto da a conocer el 24 de febrero como Día de las Autodefensas en recuerdo de la jornada en que empezó la defensa de los pueblos tomados por el hampa y el ataque contra Los Templarios. El documento fue realizado con trozos de imágenes de diversos medios de comunicación y editado con breves textos en los cuales se cuenta la historia del grupo armado. Se trata de una guerra civil en toda la forma en la cual abundan los tableteos, los gritos, las amenazas, las tomas de plaza, los pronunciamientos, las denuncias.

Con los pelos de punta, Gil oyó al doctor Mireles contar y recontar de la de-saparición de cualquier cosa parecida a un gobierno, de la impunidad de Los Caballeros Templarios y los altos precios de la extorsión; de las violaciones de las mujeres, de las niñas, de las madres colgadas, de los secuestros, de la exacción. Al final, cuenta Mireles, Los Templarios le subieron el precio a la carne y pusieron una cuota según los metros de cada una de las casas que ellos decidieron que tendrían que pagar cuotas por vivir en ellas. Hasta donde Gil pudo entender: el infierno.

A las imágenes de guerra y destrucción las acompaña música de coros escalofriantes y sonidos sincopados de suspenso. Durante 12 años denunciamos los delitos de Los Templarios y nadie nos atendió. Gamés insiste, los responsables de la locura michoacana van y vienen a la vista de todos: uno de ellos defiende el petróleo, otro se ha hecho invisible y pasea en Cuba y uno más ha desaparecido. Cuauhtémoc Cárdenas, su hijo Lázaro y Leonel Godoy.

Y si fueran responsables, ¿no deberían rendir cuentas? Gamés pone la papa caliente en la mesa: Godoy debería dar la cara (cuál, preguntarán con razón la lectora y el lector) y el perredismo sepultarse en el descrédito; bueno, eso ya.

El presidente del PRD que sustituyó a Rosario Robles y luego le cedió su lugar en la dirigencia nacional a Leonel Cota fue el candidato al gobierno de Michoacán. Todos, menos uno, fueron Presidentes del partido. Ese es el reparto que ha dirigido al partido. Aigoeii. Godoy, en especial, permitió que el estado se desmoronara en sus manos. ¿Cómo ven la lectora y el lector a este grupo de políticos? Gil propone ver el fuego michoacano a través de los últimos años del PRD, sus rivalidades internas, grillas, sus políticos y políticas enredados en casos de corrupción, redes de complicidades, robos transmitidos en cadena nacional, repartición de botines. De todo este puchero está hecha también la desgracia michoacana.

Mientras Los Templarios hacían y deshacían, surgió, entre la desesperación y el odio, un grupo de Vigilantes, vengadores de la noche armados hasta los dientes y haciéndose justicia por mano propia. Sobre ellos pesa la duda razonable del origen de sus potentes armas. Como sea, piensa Gamés, el final de la lucha armada lleva a la violencia escalada. Los que saben de estas cosas dicen que se trata de escoger entre dos males, el menor. Gilga no exagera:

nunca había visto escenas como éstas como no sean en noticiaros de otros países y documentos de historia. La posibilidad de convertir a las autodefensas en una especie de policía rural podría ser una oportunidad para desactivar esa fuerza, pero en todo caso quedan siempre Los Templarios, arrinconados, armados, con sed de venganza.

En su periódico El País, en una entrevista de Paula Chouza con José Manuel Mireles, el vigilante dice: “Nadie se va a desarmar. De hecho el pacto (con el gobierno) es para que los que quieran seguir armados lo hagan ya legalmente mediante la estructura de defensas rurales”. Gil no sabe qué pensar.

La frase de Martin Luther King espetó dentro del ático: “La violencia crea más problemas sociales de los que resuelve”.

Gil s’en va

gil.games@3.80.3.65

Twitter: @GilGamesX