¡Más allá de la indignación!

¡Más allá de la indignación!
Por:
  • larazon

Melissa Trouyet

La muerte de Cecil, el león protegido del parque nacional Hwange en Zimbabwe, a manos del dentista estadounidense Walter J. Palmer fue impresionante en muchos sentidos.

La crueldad y falta de respeto que mostró el equipo de cazadores fue aterradora. Se violentaron normativas y leyes del país, al sacar al ejemplar con collar de localización GPS del parque protegido y matarlo en un predio sin licencia para caza de leones en 2015.

Que la lamentable pérdida de Cecil haya servido para que el mundo volteara a ver la grave amenaza de extinción a la cual se enfrentan muchas especies, me parece fenomenal. Sin embargo, que la atención se limite únicamente a las medidas de caza, es francamente hipócrita y miope.

Los recursos generados por la industria de la caza (incluso si estuviese bien regulada, que no es el caso generalmente) son insuficientes para realmente proteger especies en riesgo. Más allá de que la caza sea difícil de justificar económica o moralmente, la realidad es que no es la amenaza más significativa para estas magníficas especies que están jugándose la supervivencia. La principal amenaza somos todos los humanos: personas como tú y que tal vez por desconocimiento, malos hábitos o desidia, no tomamos acciones aunque sean pequeñas en pro de la conservación.

La amenaza número uno para la vida silvestre es la pérdida de su hábitat. Mueren más felinos a nivel mundial porque sus espacios son invadidos para construir viviendas, locales comerciales o, más comúnmente, para actividades ganaderas. Al ser reducido su medio ambiente, disminuyen las presas disponibles, y hay más probabilidades que los felinos entren en contacto cercano con humanos. En África mueren más leones a manos de comunidades locales que los asesinan para proteger a su ganado, que por caza de trofeos.

Considera lo siguiente: Indonesia tiene una moratoria en la deforestación; sin embargo, uno de los principales productores de aceite de palma sigue violentando la ley y acabando con uno de los pocos hábitats que aún albergan tigres salvajes. ¿Sabes si los productos que consumes se obtienen sustentablemente? ¿Apoyas compañías corruptas e irresponsables con el ambiente o que realizan pruebas en animales?

En el sureste de México, los jaguares se enfrentan al mismo panorama: destrucción de su medio ambiente por asentamientos irregulares, cambio de uso de suelo y la caza por pobladores locales para proteger el ganado.

Distintos estudios estiman que sólo hay entre tres y cuatro mil jaguares en territorio mexicano en vida libre. Los felinos están extintos en gran parte de Norteamérica y Sudamérica, extensión territorial que

históricamente ocupaban.

El reto de la conservación es complejo, pero no sólo es responsabilidad de los gobiernos. De acuerdo a animalrevenge, movimiento norteamericano, se estima que actualmente se sacrifican más animales en un día para fines alimenticios que los que se sacrificaban hace un siglo,

durante todo un año.

Numerosas personalidades han aseverado que el veganismo es la única solución para un mundo creciente y hambriento. Los desechos de animales destinados para consumo humano son una de las principales causas del cambio climático, la deforestación, la contaminación y la falta de agua. El agua y el grano destinado a alimentar cada vez más ganado podría alimentar a todas las personas que padecen hambre en el mundo.

La educación y concientización es corresponsabilidad de todos, como también lo es la preservación del planeta. Nuestras elecciones y acciones diarias son decisivas. Mirar para el otro lado no significa que el barco no se esté hundiendo. Sería irónico perecer como especie quejándonos de que el gobierno no hizo nada. El gobierno debe responder, claro está, con políticas públicas y conservacionistas reales, pero también debemos hacerlo cada uno de nosotros.

Involúcrate. Haz algo por los seres vivos con los que compartes el planeta y en pro de tu propia supervivencia.

melissa@defensoriaanimal.org

Twitter: @DefAnimalMX