Más inflación y crecimiento: el dilema persiste

Más inflación y crecimiento: el dilema persiste
Por:
  • arturov-columnista

Dos noticias este lunes dan mayor claridad sobre la economía en este difícil año. Por un lado, cifras de actividad económica confirman que la perspectiva de crecimiento no se deteriora, contrario a las expectativas que apuntan una desaceleración. En segundo lugar, la inflación sigue avanzando al comienzo del segundo semestre; no obstante, es posible su descenso hacia finales del año.

Por el lado del crecimiento, las cifras

—ajustadas por el efecto estacional— dadas a conocer por el Inegi del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), durante mayo tienen una lectura moderadamente positiva. El avance anual de 2.2% en el agregado de la economía, aunque menor al 2.9% de abril, no termina por apuntar de manera firme un proceso de desaceleración productiva.

La afirmación anterior tiene que ver con el comparativo del desempeño económico nacional en los meses previos. Por ejemplo, el resultado del IGAE de mayo implica un avance de la economía mexicana de 2.6% en el bimestre abril-mayo, por arriba del 2.0% del primer trimestre. En consecuencia, incluso con un escenario pesimista que implique un mal resultado de crecimiento económico en junio, la economía mexicana podría haber crecido al menos lo mismo que en el primer trimestre. Ello tiene una lectura positiva, pues implica que la tan anticipada desaceleración productiva todavía no está presente, y en todo caso, ésta podría ser menor que lo esperado en la segunda parte del año.

Si consideramos la expectativa del consenso de la última encuesta Citibanamex sobre el crecimiento del PIB para todo este año está en 1.9%, ello implica que, incorporando la nueva información, para el segundo semestre la economía debería reducir su ritmo de crecimiento hasta casi 1.5%, pronóstico que a la luz de las tendencias actuales ahora luce un poco más pesimista.

Por otro lado, las cifras de inflación no mejoran. Durante la primera quincena de julio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor se incrementó respecto al mismo periodo del año previo a una tasa de 6.3%, que constituye el incremento anual más alto desde principios del 2009. Es decir, es la tasa anual más alta para una quincena en los últimos nueve años.

Además de su fuerte crecimiento y aceleración, el problema con la inflación es que justo en el término del segundo trimestre y en el tercer trimestre se dejará sentir con mayor fuerza el impacto de la depreciación del tipo de cambio habida a finales y principios de este año. Así no puede descartarse que la inflación siga avanzando hasta tasas anuales de por lo menos 6.5%. Es en este punto cuando mayor riesgo hay de una generación de “efectos de segundo orden”, es decir, que los precios avancen por el simple hecho de que la gente piensa que la inflación va a seguir a la alza.

Debe tomarse en cuenta que las expectativas siguen señalando un descenso de la inflación anual hasta niveles del 6.0% y, por consiguiente, no se prevén los mencionados efectos de segundo orden. Existen razones para pensar que la inflación descienda, particularmente por la apreciación del tipo de cambio, y también está la esperada desaceleración productiva. Empero, como arriba mencionamos, este último factor se debilita. Con todo, considero que la labor del Banco de México para generar las condiciones para una menor inflación terminará por dar frutos, y si es factible ver un descenso de la tasa anual de avance de los precios hacia finales de este año y durante el siguiente.

avieyra@banamex.com

Twitter: @ArturoVieyraF