Más problemas para México

Más problemas para México
Por:
  • gabrielm-columnista

Como si fuera poco que México se enfrenta a la negociación internacional más significativa de los últimos 30 años, la suspensión de la acción ejecutiva DACA, que permitía a hijos de migrantes ilegales, que llegaron a Estados Unidos como niños, trabajar legalmente en el país, pone en verdadero peligro a los migrantes mexicanos en Estados Unidos y representa una amenaza más para México.

 

La primera consecuencia obvia de la suspensión es que casi 800,000 jóvenes migrantes, que eran parte de este programa, en su mayoría mexicanos, se enfrenta a una terrible situación. Si en seis meses el congreso estadounidense no propone una solución, no podrán trabajar ni estudiar en el país, es decir tendrán que regresar a las sombras, con el miedo inminente de ser deportados. Aún peor, estos 800,000 migrantes están registrados, es decir que las agencias migratorias conocen sus nombres y ubicaciones, lo cual aumenta aún más el riesgo de deportación. Mientras tanto, en los próximos seis meses, estos migrantes, que pudieron desde la promulgación de DACA pedir permisos espaciales para salir del país (para viajar, visitar a su familia), se encuentran atrapados, en un limbo legal.

El destino de los dreamers, entonces, queda a las manos del congreso estadounidense y es ahí donde las cosas se ponen más complicadas. Las probabilidades de que pase una reforma migratoria que convierta a los dreamers en ciudadanos son pocas. El congreso, atrapado en una lucha bipartidista, y en una lucha entre el ala conservadora y más moderada del partido republicano, ha sido incapaz de pasar reformas menos controvertidas. Si una ley que proteja a los dreamers pasa será entonces no parte de una reforma migratoria comprensiva, sino una ley específica que sólo proteja a estos migrantes. Aunque esto sería en definitiva positivo, éstas son terribles noticias para el resto de los nueve millones de población migrante. Los dreamers siempre habían servido como moneda publicitaria para proponer una reforma migratoria que diera ciudadanía a todos los indocumentados. De entre los migrantes son el grupo más poderoso, altamente educados, con buenos trabajos, cero récords criminales, inglés impecable; sin el poder de los dreamers es poco probable que los migrantes consigan una reforma comprensiva. Legalizar sólo a los dreamers significa que todo el resto quedará en las sombras y será políticamente muy costoso, incluso para la izquierda, legalizar a estos migrantes en el futuro. La segunda consecuencia de una posible ley de legalización de los dreamers es que si el ala conservadora del partido republicano lo aprueba será a condición de ciertas concesiones. Entre ellas estará mayor protección en la frontera, que se traduce como dinero para construir su muro, algo que de otra manera parecía imposible de conseguir.