Morelos

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Por:
  • javier_solorzano_zinser

Quien va a ganar con la confrontación entre el gobernador de Morelos y el presidente municipal de Cuernavaca es la delincuencia organizada. Si algo le viene bien a los cárteles de la droga, y en general a los delincuentes, es que las autoridades estén enfrentadas.

Les da capacidad de maniobra y les permite moverse en medio del caos, el cual es su hábitat natural. En Morelos la confrontación entre estas dos altas instancias de gobierno se da en medio del peor momento posible, el brutal asesinato de la presidenta municipal de Temixco, la cual llevaba poco más de un día en el cargo.

Cauhtémoc Blanco llegó como parte del hartazgo de los electores. A estas alturas no puede ser ya tema de discusión si es capaz o era el indicado. Los votantes lo hicieron presidente municipal y tiene todos los derechos y obligaciones propios del puesto.

Sin embargo, el hecho lo que sí provoca es meternos en un debate sobre quién debe gobernar, qué conocimientos debe tener quien gobierna y cuáles debieran ser sus capacidades. Gobernar es una acción que requiere de conocimientos y diagnósticos precisos.

Cuauhtémoc es producto de la acción de los actuales políticos quienes con lo que han hecho y no han hecho han ocasionado que personajes que de origen estén lejos de la política, en algunos casos hasta la repudian, terminen por entrar en ella. Se ven como una opción ante lo que en algún momento calificaron de desastroso e impresentable, y suponen además que son la nueva solución.

No es un fenómeno nacional. En muchos países pasa lo mismo. Lo que tenemos que preguntarnos es cómo debe gobernarse, y sobre todo cómo evitar que sea la improvisación la que termine por gobernar, ya sea la de políticos o de personajes de ocasión, los cuales, no perdamos de vista, van en aumento.

Cuauhtémoc Blanco es producto de la sociedad y la manifestación de una coyuntura en que la política está en definitiva en los terrenos del descrédito. Es producto de los políticos y de los vivales que lo acompañan y dirigen.

No hay cómo se entiendan el gobernador y el presidente municipal por el cada vez más ensordecedor ruido externo, y también porque no hay códigos comunes.

Uno busca convencer y el otro habla como si la pelota estuviera al borde del área jugándose el todo. Urge un pacto entre todos, lo que incluye a la sociedad civil. En Morelos hay avances, pero llegó la muerte de Gisela Mota junto con una desafortunada y encarnizada discusión.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

El mando único es bola de humo en medio de la muerte de Temixco: Javier Sicilia.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano