Ocaso de líderes sindicales

Elisa Alanís.

Los sempiternos liderazgos sindicales, producto de las peores prácticas corporativas del sistema mexicano, enfrentan ya no sólo el desprestigio sino también el aumento del rechazo social.

Las conquistas laborales diluidas en la realidad mexicana y la fusión de los líderes sindicales con los intereses y la propia clase político-empresarial ha dejado a los trabajadores en el peor de los mundos.

No importa que mantengan privilegios como diputados y senadores, el repudio a fortunas amasadas en la peor opacidad y bajo el disfraz de la noble labor de proteger a los afiliados ya no permanece en silencio. Principio de cambio.

Hay reacciones que buscan alternativas. Por ejemplo en el ámbito educativo la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, en el documento Inclusión con Responsabilidad Social, mayo 2012, propone la creación de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación para que el Estado pueda fortalecer y enderezar el camino educativo, y de plano dejar que la educación básica se quede a la deriva en la Secretaría de Educación Pública, en manos del sindicato.

¿Será éste el camino que México tiene que recorrer? ¿Aceptar con pragmatismo la existencia de factores reales de poder que han doblado al Estado?

¿O puede renovarse el viejo sindicalismo cuando los mismos liderazgos que se han aprovechado de sus agremiados son los que deciden las reglas del juego?

En este sentido, otra posibilidad es que personajes como Elba Esther Gordillo decidan, no de manera inmediata pero sí como un proceso, minar el producto de su poderío conociendo que se encuentran en el ocaso de su carrera.

Parece difícil imaginar que alguien con fuerza, resultado de sistemas cerrados y autoritarios, esté dispuesto a ceder. Pero pensemos en algunos ejemplos de dictaduras en donde la presión social, en combinación con la vejez, detonan un cambio desde adentro.

El día de hoy en Cancún inicia el Sexto Congreso Nacional Extraordinario del SNTE en medio de pugnas internas y cuestionamientos externos: desde la iniciativa preferente enviada por el Ejecutivo Federal, pasando por las presiones de la disidencia, hasta las plumas en medios y redes sociales.

Parte de la agenda del Congreso incluye: propuesta de transparencia, propuesta educativa para el próximo gobierno y reforma al estatuto vigente.

Esta última es uno de los atractivos por la posible sustitución de la Maestra Gordillo, así como la respuesta a cuestionamientos sobre democratización puestos en la mesa por la reforma laboral.

Seguramente después del Congreso no se produzca el cambio de estafeta en el SNTE. Pero la demanda de transparencia y rendición de cuentas para éste y los demás sindicatos llegó para quedarse. Aunque la tarea sea ardua y el camino sinuoso las críticas que ya se expresan libremente se están transformando en acciones.

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