Odebrecht, antes de que sea más tarde

Odebrecht, antes de que sea más tarde
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Por el momento no está claro cuál fue el papel de Emilio Lozoya en el caso Odebrecht. Lo único que se sabe es que ha sido mencionado invariablemente en la trama de la firma brasileña en México.

Todo lo que tocaba Odebrecht terminaba en actos de corrupción. No hubo operación que no estuviera en la irregularidad, marcada por lo que en el caso mexicano llamaron “propinas”.

El tema se veía venir, había muchos indicios, además de que la lógica indicaba que en medio de tantas denuncias en contra de la empresa, en particular en América Latina, nuestro país difícilmente pasaría de largo.

El gobierno de nuevo no actuó con antelación ante lo que estaba más que cantado. Al igual que con el espionaje, este asunto estaba en todos lados. La justicia brasileña había adelantado parte de sus investigaciones y funcionarios de la PGR se habían reunido en la nación sudamericana con sus pares.

Con el espionaje y con la Casa Blanca había indicios de que era sólo cuestión de tiempo para que fueran destapados. Cuando así fue, la reacción del gobierno fue como de sorpresa, como si no supiera lo que estaba pasando.

Al final se repitió lo que ha sido una constante en la actual administración:

mala comunicación y nula estrategia en materia de control de daños. Sabían lo que iba a pasar y no enfrentaron el problema con una estrategia definida.

Recordemos que con el tema del espionaje el Presidente hizo declaraciones poco afortunadas días después de que se diera a conocer el tema, incluso tuvo en algún sentido que recular. Por la Casa Blanca la esposa del mandatario dio una explicación que no tuvo efectos favorables, sobre todo si tomamos en cuenta la gran molestia que había provocado el hecho mismo.

El caso Odebrecht debe ser tomado con la mayor seriedad. Las evidencias de corrupción de la empresa obligan a que se transparente todo el proceso.

Como decía ayer Eduardo Bohórquez: “tras revelaciones la PGR debe dejar de clasificar información y asegurar sanción a los responsables”.

Lo peor que pudiera hacer el gobierno es intentar esconder el caso, decimos intentar porque se quiera o no tarde que temprano se va a conocer todo a detalle. Desde el domingo inició formalmente el proceso de información pública, por lo menos desde Brasil, sobre el caso Odebrecht-México.

Si bien quien acusa debe probar sus afirmaciones, en este caso es vital transparentar absolutamente todo por el significado que tiene. Lo menos que hoy se dice con razón es que estamos ante “un hecho más de corrupción en el sexenio”.

Sea así o no deben actuar rápido y no esperar que vengan las denuncias cuando ya no haya capacidad de maniobra.

Por lo pronto, las conjeturas en función de lo investigado e informado hasta ahora, colocan de nuevo contra la pared al gobierno y a uno de los que en otros tiempos era identificado como muy cercano al candidato que luego fue presidente, Emilio Lozoya Austin.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

• La regulación en las fundaciones es muy laxa. No puede ser que reciban grandes cantidades de dinero y que no haya un seguimiento detallado de dónde viene, que las fundaciones sean omisas o ligeras con sus recursos, o que de plano no tengan control sobre sus ingresos. En el caso de Rafael Márquez y Julión lo que llama la atención es que la información viene de EU, y todo parece ser que el gobierno mexicano no se había dado cuenta: Martín Barrón, Inacipe.

• La asamblea del PRI estaba planchada, fue más de lo mismo. Lo nuevo fue que se quitaron los candados dando paso a la posibilidad de que Meade pueda ser candidato, cuestión que es probable. Hay un triunfalismo en el PRI que no tiene que ver con la realidad ni con el 80% de los ciudadanos que ya no lo quieren. Muchos de los discursos son de consumo interno y creo que terminan en el cinismo. Todos los partidos, incluyendo al PRI, hablan de alianzas con los ciudadanos pero no hacen nada por ello: José Antonio Crespo, CIDE.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano