Oposición útil

Oposición útil
Por:
  • Valeria-Martija

La democracia, lo sabemos todos, es un juego pesos y contrapesos. Así como es necesario que los funcionarios hagan su tarea, cumplan las leyes y respondan a la ciudadanía también es indispensable que la oposición haga lo suyo.

Los últimos días para los venezolanos no han sido fáciles. En La Razón hemos dado cuenta del difícil día a día por el que ha atravesado el país desde hace varios años. Y, en todos ellos, hemos visto la actuación de una oposición crítica, certera y sólida frente a los desvaríos de Nicolás Maduro y sus secuaces.

Hay que reconocer la responsabilidad con la que Leopoldo López ha llevado su liderazgo

—en libertad y en prisión—; Henrique Capriles ha hecho, también, lo propio; María Corina ha sufrido el acoso y ha abanderado las causas sociales más difíciles sin retar, ni un segundo, a las instituciones. Y aunque no comparten la misma genética política sí corre por sus venas un gran amor por Venezuela y un gran respeto por la democracia.

Estos dos factores son los que han permitido que diferentes liderazgos se agrupen en una oposición útil que ha agotado todas las vías legales, institucionales y políticas para poner fin al mandato de Nicolás Maduro. Sin duda, aunque todavía no consiguen su objetivo, su lucha ha sido honesta y decente.

La comunidad internacional ha mirado atónita, pero no en silencio, el ascenso de un dictador. Nicolás Almagro ha hecho declaraciones pidiendo una intervención más directa por parte de la OEA.

Por su parte, en los últimos días, el Papa Francisco intentó crear una mesa de negociación que evite el inminente estallido de violencia en Venezuela. El acuerdo de sentarse a negociar entre la dictadura de Maduro y la oposición duró menos de 24 horas.

Así los hechos, no queda duda de que la oposición venezolana ha jugado un papel muy institucional y respetuoso en aras de evitar la violencia.

Pero en democracia no se vale no respetar las reglas del juego: no vale que un candidato perdedor no acepte los resultados de una elección y que rete a las instituciones –como ha hecho López Obrador y planea hacer Donald Trump- pero tampoco se puede permitir que un presidente actúe como dictador y viole el derecho humano a la libertad política y de expresión como ha hecho Maduro.

Vienen días duros para Venezuela; pienso que la actitud correcta no es pensar “a ver cómo salen los venezolanos de esta dictadura” sino “a ver cómo sale esta dictadura de los venezolanos”. El triunfo está del lado de los valientes, de los honestos y de las personas que actúan con el corazón, aunque a veces pasen por tormentas.

La ciudadanía y la oposición han jugado limpiamente pero no creo que vayan a tolerar por mucho tiempo más al desgobierno de Maduro quien, más temprano que tarde, saldrá de la escena política de su país pues los malos jugadores no caben ni aquí ni allá.

valeria.lopez@anahuac.mx

Twitter:@ValHumanrighter