Pájaros de cuenta en Coahuila

Julián Andrade

El pleito por la deuda en Coahuila y los intentos, por demás persistentes, de terminar con la carrera política de Humberto Moreira y lograr su salida de la dirigencia nacional del PRI ha conjuntado toda una serie de apuestas, personajes e intereses que no siempre son lo que aparentan.

Es el caso de algunos de los “ciudadanos” que presentaron, avalados por diputados del PRD, la solicitud de juicio político contra el gobernador con licencia.

Armando Guadiana Tijerina es uno al que hay que ponerle la debida atención.

Guadiana Tijerina es un empresario de la industria minera en la región de Sabinas, donde enfrenta señalamientos por las malas condiciones en que opera su empresa y por los riesgos que esto implica para los trabajadores.

Pero no sólo eso. En agosto de 1994 fue detenido por un presunto fraude contra Bancomext. El asunto desató un escándalo, al grado de que algunos medios, entre ellos El Diario de Coahuila, lo consideraron su nota principal.

Hace unos días el periodista Pablo Garduño comentó el asunto, en su noticiario de radio, y las amenazas en su contra no se hicieron esperar, por lo que solicitó la protección de la Fiscalía del Estado y responsabilizó de lo que pueda ocurrirle, a él o a su familia, al empresario minero.

Garduño, además, tendrá que enfrentar una denuncia por presunto daño moral, por desempolvar de los archivos el ejemplar El Diario de Coahuila en el que se da cuenta de un arresto que culminó en el penal de Topo Chico, en Monterrey.

Es sintomático que uno de los más persistentes enemigos de Moreira no resista una investigación sobre su propio comportamiento, incluyendo temas que ahora le merecen tanta preocupación, como son los bancarios.

Como Guadiana, no son pocos los que han visto una rendija de oportunidad para cobrarse agravios y para tratar de pescar en el río revuelto que está generando la contienda política.

Por eso pueden ser contraproducentes semejantes aliados, para los que desde otras posiciones políticas, critican la gestión de Moreira, pero motivados por una genuina preocupación por lo que piensan que ocurrió en el estado.

En esa franja de la opinión pública es en la que sí tiene que trabajar el presidente del PRI, para dejar clara su versión de los hechos.

Hace algunos meses el periodista y analista Jon Meacham escribió un revelador texto en Newsweek en el cual explicaba que no todas las opiniones valen lo mismo y creo que esto se aplica, inclusive con más precisión, a las denuncias.

Hay que tener en cuenta quién está detrás de cada señalamiento, para lograr un panorama claro de lo que en realidad se pretende.

La contienda política está apenas iniciando y más vale que veamos con frialdad las descalificaciones y los ataques, para no caer en manos de embaucadores, como Guadiana y compañía.

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