Ricos curados y salsa de molcajete

Ricos curados y salsa de molcajete
Por:
  • larazon

Entre los tesoros de la urbe que son poco apreciados, a pesar de su significación cultural e histórica, destacan las pulquerías. Esos espacios deleitosos donde los parroquianos catan el elíxir de los dioses: el pulque. El llamado tlachicotón o pulmón fue componente básico en la dieta y festividades de los capitalinos por más de cuatro siglos.

Hace 150 años había en promedio una pulquería por cada 410 habitantes de la ciudad. Hoy el cálculo es de una por cada 125 mil lugareños. Aunque este número crece rápidamente, lo dramático es que a casi nadie le importa.

Las populares pulcatas saben mucho a México y son depositarias de tradiciones ancestrales. ¡Larga vida a ellas!

Fotografía tomada en la esquina de las calles Cananea y Aluminio, en la delegación Venustiano Carranza, a la fachada de la Pulquería La Bonita, cuyo anfitrión asegura que también es museo.

urbimex@yahoo.com.mx