Se fugan con pistolas de juguete

Se fugan con pistolas de juguete
Por:
  • bibiana_belsasso

En esta columna les he contado muchas historias de fugas de delincuentes de distintas prisiones. Las dos evasiones de Joaquín El Chapo Guzmán nos han sorprendido a todos. La primera en un carrito de ropa sucia y la segunda por un túnel. Pero estos hechos no son exclusivos de México.

También les platicaba que en Estados Unidos Eleazar Cruz Collin, un violador convicto, se había escapado de la antesala de los juzgados al utilizar el gel que usaba para el cabello como lubricante para zafar el brazalete de seguridad.

Ahora hay una nueva fuga que también parece de película. En Argentina se escabulleron los tres principales detenidos por narcotráfico de ese país y lo hicieron con una pistola de juguete.

Los hermanos Martín y Cristian Lanatta, y Víctor Schillaci, tres de los cuatro narcotraficantes sentenciados a cadena perpetua por un triple asesinato perpetrado en el 2008 en la ciudad de General Rodríguez, huyeron la madrugada del 27 de diciembre de la Unidad 30, una cárcel de máxima seguridad ubicada en la localidad bonaerense de General Alvear, a unos 245 kilómetros al suroeste de la capital federal.

La evasión se realizó luego de que maniataron a dos guardias en el sector de sanidad y salieron por la puerta principal vistiendo ropas oscuras, utilizadas comúnmente por personal del servicio penitenciario. Los malhechores amenazaron con armas, al parecer todas réplicas, ya que en el auto que robaron y luego abandonaron se halló una pistola de juguete.

Los homicidas hurtaron el viejo Fiat de un empleado del presidio. Para evitar que el coche recibiera disparos desde el interior del penal, durante el escape, los condenados se llevaron como rehén a un guardia, a quien dejaron en libertad en las inmediaciones del centro de reclusión.

Tres días después los criminales fueron descubiertos en un rancho situado a 120 kilómetros de Buenos Aires y al ser ubicados hirieron a dos policías.

Al día siguiente, el 1 de enero, el diario Clarín reportó que los prófugos estaban en los alrededores de Chascomús, a 127 kilómetros al sur de la capital. Rodeados por más de 700 agentes de policía, intentan negociar con el gobierno a través de su abogado, Hugo Icazati, y piden garantías para entregarse, mas al cierre de esta edición no han sido reaprehendidos.

Pero aún más grave es que estos delincuentes han sido acusados de tener estrechos lazos con las autoridades del gobierno saliente de Cristina Fernández. Y también el futbol está involucrado en esta historia: Marcelo Mallo, integrante de la barrabrava de Quilmes, fue capturado este lunes. Se sospecha que Mallo participó en la logística de la huida, pero por el momento fueron detenidos él y su hija por posesión de armas no declaradas.

Esta nueva aprehensión se suma a la de Marcelo Melnyk, El Faraón, un “empresario” también de Quilmes, quien reconoció que dio asilo a los prófugos durante varias horas en una quinta en Florencio Varela.

Mallo había sido relacionado con el triple crimen durante el juicio, por sus vínculos con los hermanos Lanatta y con políticos como Aníbal Fernández.

Apadrinado por Rudy Ulloa Igor (amigo muy cercano y exchofer de Néstor Kirchner), Marcelo Mallo fue además uno de los dirigentes de la agrupación Compromiso K, una corriente dentro del kirchnerismo.

Mallo es el jefe de Hinchadas Unidas Argentinas, la cuestionada ONG que arregló el viaje de los barrabravas de los clubes criollos al Mundial de Sudáfrica 2010.

Para que veamos que no sólo en México suceden estas historias. Ahora habrá que esperar el desenlace de esta fuga con pistolas de juguete.

bibibelsasso@hotmail.com

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