Siempre nos quedará Honduras

Siempre nos quedará Honduras
Por:
  • larazon

Con su masiva participación en las elecciones del domingo, los hondureños zanjaron cinco meses del problema interno que significó la revocación de poderes a Manuel Zelaya. Sin embargo, para el Presidente de México eso no fue suficiente.

Felipe Calderón consideró en la Cumbre Iberoamericana que los comicios eran condición necesaria, pero insuficiente para restablecer el orden constitucional, pese a que los electores opinaron diferente. Y los electores, como en México en 2006, siempre tienen la razón.

Sobre todo porque votó el 61 por ciento, que para Honduras es una cifra altísima; con una abstención de 39 por ciento, que es bajísima. Zelaya ganó hace cuatro años con menos participación (55 por ciento) y más abstención (45 por ciento).

Sin embargo, son resultados “insuficientes” para Calderón. No sólo para él, también para la OEA, el Grupo de Río (del cual México tiene la Secretaría Pro Témpore) y la mitad de la Cumbre Iberoamericana que sesiona en Portugal.

Pero están irrespetando la voluntad de los hondureños y metiéndose en sus asuntos internos porque se trata de un conflicto entre poderes domésticos: el Congreso, apoyado por la Corte Suprema, destituyó al presidente por violar la ley y desconocer sentencias del Tribunal Electoral.

Lo que sorprende es que nuestro Presidente siga enganchado a un asunto del que saldrá mal parado, pues ya en Honduras hay nuevo presidente, electo por la mayoría y reconocido por el principal aliado político y económico de México, Estados Unidos.

Más todavía cuando Calderón tiene tantos problemas en casa, en especial una crisis económica que quitó el empleo a tres millones de sus gobernados y que para explicarla no es convincente el argumento oficial de que “vino de afuera”.

Cómo se entiende entonces que hayan crecido las economías de países de la región, como Brasil (cinco por ciento), República Dominicana (tres por ciento) y Canadá (uno por ciento).

Además, la lucha contra el crimen organizado va de capa caída, sus reformas han sido liliputienses (energética y fiscal) y el Congreso desairó su propuesta de aumentar el dos por ciento al consumo general.

El país dejó de ingresar 213 mil millones de dólares por venta de petróleo (más de la mitad del dinero que necesita para equilibrar sus finanzas) y por primera vez en cinco años la iniciativa privada se está quedando sin créditos para hacer crecer sus negocios.

Para qué jugar con las palabras: México vive una decadencia y cedió ante Brasil el liderazgo político y económico regional. Ah, pero mientras, estamos resolviendo el asunto de Honduras.

De modo que, así como en la legendaria escena del “Café de Rick”, en Casablanca, Humphrey Bogart le dice a Ingrid Bergman: “Siempre nos quedará París”.

A nosotros, “siempre nos quedará Honduras”.

ruben.cortes@3.80.3.65

fdm