Un nacionalismo mexicano para el siglo XXI

Un nacionalismo mexicano para el siglo XXI
Por:
  • Administrador

1 .- ¿Qué es y qué no es el nacionalismo mexicano? El nacionalismo mexicano no es una doctrina supremacista. No afirma que los mexicanos seamos superiores a otros pueblos por nuestra raza o nuestra cultura. El nacionalismo mexicano tampoco ha sido belicista. México nunca ha invadido a otro país ni ha pretendido dominarlo.

El nacionalismo mexicano es la estrategia de defensa que hemos desarrollado frente al nacionalismo supremacista y agresivo del exterior.

Por contraste, el nacionalismo estadounidense ha sido agresivo y supremacista. Estados Unidos invadió México, se quedó con la mitad de nuestro territorio y lo hicieron con la convicción de que eran superiores a nosotros.

Frente a esa doctrina repulsiva, los mexicanos formulamos un pensamiento que nos permitiera defender nuestra identidad, dignidad e independencia. Esta ideología no es antiestadounidense. El nacionalismo mexicano no odia ni desprecia a otros pueblos, simplemente no tolera que se nos agreda, domine o humille.

2.- ¿Cuál fue el desarrollo histórico del nacionalismo mexicano? El nacionalismo mexicano es el fruto de muchos años de experiencia histórica. Sus antecedentes están en el criollismo novohispano, en la lucha por la independencia de España entre 1810 y 1821 y en la defensa de la soberanía frente a los ataques e invasiones que sufrimos en el siglo XIX por parte de potencias extranjeras.

La Constitución de 1917 es una de las expresiones más concentradas del nacionalismo mexicano. En ella se planteó una doctrina política y económica que fue una norma para la política interior y exterior durante décadas. Lo que decretaba la ley fundamental era que México era propiedad de los mexicanos y que sólo a ellos correspondía el destino de su patria. La Revolución también promovió y enalteció todas las manifestaciones de la cultura mexicana.

El nacionalismo mexicano del siglo XX se propuso defender al país en el plano internacional sobre la base de principios jurídicos y diplomáticos. Uno de ellos fue la regla de la no intervención en los asuntos internos de otros países. México asumió una posición solidaria con otros países víctimas del imperialismo, por lo que su nacionalismo, lejos de ser una actitud egoísta, alcanzó una dimensión y un respeto a nivel global.

3.- ¿Qué defectos tuvo el nacionalismo mexicano? El primero fue haber combatido la pluralidad en el interior del país. El nacionalismo mexicano propugnó por una identidad nacional sin fisuras y eso tuvo como consecuencia que ignorara las diferencias internas e incluso quisiera erradicarlas. Las principales víctimas de esa política equivocada fueron los pueblos indígenas. En contra de ellos se realizaron campañas militares y programas de adaptación forzada.

El segundo fue haber sido un instrumento ideológico del Estado. En el siglo XX los gobiernos posrevolucionarios se apropiaron del nacionalismo para socavar las críticas internas y obstaculizar el desarrollo de la democracia. No sólo se pronunció por una peligrosa identidad entre el Estado y la Nación, sino que a esa fórmula se le añadió el partido en el poder, lo que tuvo como resultado un monolito que costó muchos

años destruir.

El tercero fue haber caído en un folclorismo cultural. Aunque en el siglo XX el nacionalismo en el pensamiento, el arte y la cultura produjo obras de altura universal, con el paso del tiempo fue degradándose en un pensamiento chovinista, en un estilo chabacano y en una cultura parroquial.

4.- ¿Cómo debe ser el nacionalismo mexicano para nuestro tiempo? Donald Trump ha resucitado el nacionalismo estadounidense de la peor ralea. México está obligado, otra vez, a defender su independencia y su dignidad. Es menester formular un nuevo nacionalismo adecuado a los tiempos.

El nacionalismo mexicano del siglo XXI no puede caer en los errores de antes; no puede conllevar, de ninguna manera, un retroceso político, social o moral.

Ese nacionalismo, que aún está por construirse, deberá ser más democrático, más pluralista y más sofisticado. Pero también tendrá que ser más fraterno, más emancipador y más congruente.

Debe aprender de nuestra historia sin pretender repetirla de manera acrítica. Debe seguir siendo pacifista y solidario con otros pueblos. Por lo mismo, no puede dejar de estar fundado en principios de alcance universal.

El mayor desafío para el nacionalismo mexicano, por encima de sus retos externos, es construir un país más sólido, más justo y más igualitario.

guillermo.hurtado@3.80.3.65

Twitter: @Hurtado2710